Todos. Uno a uno.
Los de la antigua Grecia y los de los frontones.
Tú y yo hemos conocido a los últimos de una especie que estaba en extinción.
¿Los recuerdas?
Pasaron unos años y...casi desaparecieron.
No volverán.
Ni ellos, ni aquellos inolvidables días, ni aquel tiempo.
Sólo viven en nuestra memoria, en nuestros recuerdos.
Los guerreros espartanos de la antigua Grecia no preguntaban quiénes ni cuántos eran los enemigos, sino dónde estaban.
Los guerreros espartanos de los frontones jugaban al límite de sus fuerzas durante horas.
Ayer, hoy, mañana. Y lo hacían entre sí, ofreciendo batallas épicas.
Los pies quemados y las manos con ampollas. La piel raspada de tirarse al áspero suelo del frontón. Los músculos al máximo esfuerzo.
No sentían sed. No sentían hambre. Sólo pensaban en jugar hasta desvanecerse.
Morir en cada tanto. Morir en cada partido. Morir cada día y sobrevivir para vivir al día siguiente
Descosieron la ikurriña de txapa a pelotazos.
Decenas, cientos, miles de pelotazos, durante ocho horas ininterrumpidas.
Del frontón les echaban las voces de los residentes de enfrente, porque ni al llegar la noche dejaban de jugar.
Ya apenas hay guerreros espartanos en los frontones, Manu Piedra. Desde hace años, pero yo no he olvidado a ninguno de ellos, yo nunca olvidaré aquellas tardes.
Vivimos en otra era, en otros tiempos... hasta parece distinto el mundo de alrededor. Y...sí, las personas son distintas, muy distintas. Es diferente su mirada, es diferente su palabra...
Bien vestidos, bien calzados, bien perfumados, bien depilados, bien musculados, portando preciosas herramientas... Todo parece perfecto hasta que... Es ahí cuando amas aún más el silencio de los guerreros espartanos, ellos hablaban con sus actos.
Todo ha cambiado. Mucho. Quizás, demasiado.
Ahora reinan los magos de la pala, estilistas que acarician la pelota para que no llore al golpearla, que la duermen y hacen que trace líneas imposibles en su trayectoria. Ahora reinan los sacadores virtuosos, los buscadores de tesoros que no pierden el tiempo en ir en busca de la pelota que sobrevoló la ermita.
Ahora reinan los jóvenes que no se interesan por los viejos, sin darse cuenta que ese será su propio destino. No te destrozan los años, te destrozan los olvidos.
Ahora reinan los que piensan primero en ellos. Los guerreros espartanos pensaban en el grupo, si no mantenían al grupo fuerte, a cada uno de sus miembros, no tenían batalla y ellos amaban las batallas. Ahora se aman las victorias. Ahora se buscan las victorias sencillas y rápidas. Ahora se sonríe con los enemigos pequeños. Aún no saben que la mayor victoria es conquistarse a sí mismo.
Es la era de la nostalgia en soledad de unos y de la engreída vanidad de otros.
Antes estaba menos triste, Manu Piedra.
Ahora me siento triste y solo.
Las ausencias me entristecen.
Cada vez hay más vacío.
Pero hay algo que no ha cambiado, Manu Piedra.
Antes y ahora, todos, ellos y nosotros, AMAMOS EL FRONTÓN.
Amor verdadero.
Amor platónico.
Amor eterno.
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