viernes, 1 de julio de 2022

Amamos el frontón


Manu Piedra, ya apenas quedan guerreros espartanos. 
Casi ninguno.
Se están  extinguiendo. 
Todos. Uno a uno.
Los de la antigua Grecia y los de los frontones.
Tú y yo  hemos conocido  a los últimos de una especie que  estaba  en  extinción.
¿Los recuerdas?
Pasaron unos  años y...casi desaparecieron. 
No volverán. 
Ni ellos,  ni  aquellos inolvidables días,  ni aquel  tiempo.
Sólo viven  en nuestra memoria, en nuestros recuerdos.

Los guerreros espartanos de la antigua Grecia no preguntaban quiénes ni cuántos eran los enemigos, sino dónde estaban.
      
Los guerreros espartanos de los frontones jugaban al límite de sus fuerzas durante horas.
Ayer, hoy, mañana. Y lo hacían entre sí, ofreciendo batallas épicas.
Los pies quemados y las manos con ampollas. La piel raspada de tirarse  al  áspero suelo del frontón. Los músculos al máximo esfuerzo.
No sentían sed. No sentían hambre. Sólo pensaban  en  jugar hasta desvanecerse.
Morir en cada  tanto. Morir en cada  partido. Morir   cada  día y  sobrevivir para  vivir al  día  siguiente

Descosieron la ikurriña de txapa a pelotazos. 
Decenas, cientos, miles de pelotazos,  durante  ocho horas  ininterrumpidas.
Del frontón les  echaban las voces de los  residentes de  enfrente, porque  ni al llegar la noche  dejaban  de jugar.
Ya apenas hay  guerreros  espartanos en los frontones, Manu Piedra. Desde hace años, pero  yo no he olvidado  a ninguno de ellos, yo nunca olvidaré  aquellas tardes.

Vivimos en otra  era, en otros  tiempos... hasta parece  distinto  el mundo de alrededor. Y...sí, las personas  son  distintas, muy  distintas. Es diferente  su mirada, es diferente  su palabra...
Bien vestidos,  bien  calzados,  bien perfumados, bien depilados, bien musculados, portando preciosas herramientas... Todo parece perfecto hasta  que... Es  ahí  cuando amas aún más  el  silencio de los guerreros espartanos, ellos hablaban  con  sus  actos.

Todo  ha cambiado. Mucho. Quizás, demasiado.
Ahora reinan los magos de la pala, estilistas que acarician la pelota para que no llore al  golpearla,  que la  duermen  y hacen  que trace líneas imposibles  en  su trayectoria. Ahora  reinan los  sacadores virtuosos, los buscadores de tesoros que no pierden el  tiempo  en  ir  en busca  de la pelota que  sobrevoló la ermita. 

Ahora  reinan los jóvenes que no se interesan por los  viejos, sin darse  cuenta  que ese será  su propio destino. No te destrozan los años, te destrozan los olvidos. 
Ahora reinan los que  piensan primero  en ellos. Los guerreros espartanos pensaban  en el  grupo, si no mantenían al  grupo fuerte, a cada uno de sus miembros, no tenían batalla y  ellos  amaban las  batallas. Ahora  se aman las  victorias. Ahora se buscan las victorias sencillas y rápidas. Ahora se sonríe con los  enemigos pequeños. Aún no saben  que  la mayor victoria es conquistarse  a sí mismo.

Es la era  de la nostalgia en soledad de unos y  de la engreída vanidad de otros.
Antes estaba menos triste, Manu Piedra.
Ahora  me  siento  triste y solo. 
Las ausencias me  entristecen.
Cada vez  hay más vacío.
Pero hay  algo  que no ha  cambiado, Manu Piedra.
Antes y  ahora,  todos, ellos y nosotros,  AMAMOS EL FRONTÓN.
Amor verdadero. 
Amor platónico. 
Amor eterno.

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