Se terminó.
Ahora ya todo se terminó.
El sueño se volvió pesadilla.
Esta tarde jugué como ayer,
rematando,
con la derecha, con la izquierda,
pero todo se quedaba pequeño,
la txapa estaba más alta,
la kantxa más estrecha,
la pelota más viva...
quizás, de tanto pegarla... se volvió mi enemiga.
Lo he intentado,
pero no tuve suerte.
Esta tarde el cielo estaba gris
y ha comenzado a llover tras mi derrota.
Ya nada importa.
Yo quería estar en cuartos.
No pensaba despedirme en octavos.
Había jugado tanto, tanto, tanto...
Como buen guerrero
para ser sincero me parecía difícil ganar,
jugaba de azul,
no confío en el azar.
Soñaba que alcanzaba los remates de Sanse,
a la orilla del desfiladero,
no podía tropezar,
mi hermano me cuidaba las espaldas,
en nadie confiaría más.
En cada batalla nunca me he rendido
porque si la pierdo
para qué quiero estar vivo.
Tres años después,
una 2ª oportunidad,
entonces, se nos fue de entre los dedos,
pero ahora se ha vuelto a presentar,
no podía dejarlo pasar.
He ido a morir, no podía rendirme, nunca sin luchar.
Como buen guerrero
he robado el fuego...
SANSE II--KASTRE 21
ORMAETXE ANAIAK 25
La rebelión de los azules...
No era el día,
no ha salido nada.
no ha salido nada.
Zorionak a ellos y poco más.
Lo hemos intentado, hemos creído hasta el final.
No era el día.
La suerte nos ha sido esquiva.
Ya está.
Y para casa, ahora que empezaba a disfrutar...
Kastre pegaba más fuerte pero más plano que Gorka Ormaetxe. En cada golpe se degastaba más, pero no hacía daño, no retrasaba a su zaguero rival, que hoy sí que ha jugado de manera excelente.
No han jugado mal, esa es la verdad, pero han perdido dos de los cuatro partidos disputados. Un bagaje pobre para las expectativas que habían despertado.
Aitor Ormaetxe no corre, sino vuela.Y tiene un don, se anticipa a lo que va a pasar y se coloca para defender muy buen. Es el delantero de las pelotas imposibles, las salva in extremis.
Partido de desgaste, de derroche físico...
La paciencia se vistió de azul.
La paciencia se vistió de azul.
El entendimiento o la coordinación de movimientos de los Ormaetxe fue magnífica. Concentración máxima.
Sanse II--Kastre eran favoritos y salieron a ganar.
Perdieron.
Los Ormaetxe salieron a no perder.
Y ganaron.
A los colorados se les empezó a poner cuesta arriba el partido.
Confiaron es su calidad rematadora.
pero hoy no salía.
Los Ormaetxe empezaron a ver el partido cuesta abajo.
Se apoderaron de la kantxa.
Confiaron en su defensa,
no exenta de mover muy acertadamente la pelota y rematar con suavidad y exquisitez.
Cada remate que se le iba a Sanse II era un soplo de aire fresco para los Ormaetxe y una losa para los colorados.
Sanse II jugó como sabe, pero hoy los errores en ataque ganaron a los aciertos en remates. No hubo otra clave. Esa y la defensa numantina de los Ormaetxe.
Cogieron el tren... del Maloka en la estación de Octavos.
MIKEL--JULEN 19
IKER--KEPA 25
Otra rebelión de los azules...
¡Cómo han empezado los 1/8 de final del Maloka-2022! Segunda eliminatoria y segunda victoria azulona, es decir, de la pareja que no salía como favorita, por haber pasado como subcampeona de su grupo, mientras que sus rivales, los colorados, lo habían hecho como campeones de grupo.
HACHE, el Will Smith del Maloka, salió a lanzar la txapa
Con o sin HACHE, los azules quisieron poner los puntos sobre las íes aprovechar la oportunidad que se les había presentado, pero los colorados hicieron diana en los primeros tantos y se pusieron 7 a 3 a favor en el marcador.
Julen, el correcaminos más popular del Maloka, cubría todos los huecos y con su rapidez de piernas, unido a su centro de gravedad bajo, iba salvando las acometidas azulonas, bien dirigido por Mikel López.
Los azulones empezaron a sentir miedo y a contagiarse del anodino golpeo. No era mala decisión para sus intereses, aunque el partido se tornase aburrido, porque era lo que estaban haciendo sus estrategas rivales.
Y de pronto, sin que hubiera sido invitada al , apareció una nube negra que cambió el color de la kantxa, a la postre, quizá, y el devenir del partido.
Con el mencionado 7 a 3 colorado, el partido quedó en standby.
Por el micrófono se lanzó un parte meteorológico que no convencía a casi nadie: "en diez minutos o un cuarto de hora , podremos reanudar el partido". Pocos lo creyeron.
Al spicker bajo la luuvia, siendo niño, un pastor local de nombre Jacinto Ayesta, le dijo, que la clave era mirar al pico del monte que se veía en la lejanía del mar y que podía contemplar desde la ventana de la habitación donde nació. Casi 40 años después, el niño aquel, ya viejo y convertido en coleccionista de recuerdos, salió a buscar el pico. Y lo encontró, acompañado de una rubia urbanita. Al tocar con sus manos el viejo buzón supo el nombre del pico: Cerredo. Entonces, sonrió, miró al cielo recordando al pastor de ojos tristes y azules, que cazaba liebres entre las dunas (en aquella, pilingones) mientras pastoreaba su rebaño.
El pico Cerredo marca la futura lluvia en La Arena y, ayer, tras cuatro gotas, el Cerredo se quedó sin txapela (así llamaba el pastor Jacinto a las nubes que ocultaban su cima), por lo que ya no iba a llover más.
Hay que escuchar a los viejos. Son los campeones de la experiencia.
A la luz de los focos se jugó el partido con la pista ya completamente seca. La pareja colorada, con un surfista en ella, perdió la ola buena y los azulones remontaron remando hasta la orilla.
En la bellada, Julen y Mikel esperaron a la siguiente ola, pero ésta no llegó, el mar se quedó en calma, la brisa desapareció. Así quiero jugar yo, comentaba un Asier Del Horno testigo del partido.
Pese a la despedida del Maloka, los colorados sonreían. Ellos no contaban con estar aquí... y siempre quedará una leyenda... estos son los que dejaron en 15 a Madariaga--Maldonado, la sorpresa del año en el Maloka.
Ya antes, habían sacado sus billetes para irse de vacaciones. Pero esta vez no iban a ir en tren.
Final laurdenetara... Hueso--Trijueke bikotearen aurka?
Lo hemos pasado de puta madre...
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