Yo soy el
culpable de dedicarle mi tiempo cada semana, para volver
a ver lo
mal que juega, y también de creerle cuando en septiembre
me dijo que de
horarios no iba a tener condicionantes ni pegas.
Yo soy el culpable de darle la pala de 540 g y las pelotas amarillas, el pega palo berezi, el esparadrapo y la cinta negra... aunque para pagarlo dinero no trajera, y de confiar en que me haría el bizum que nunca hizo, a pesar de su promesa.
Me recordarán por ser yo el culpable de pagar su licencia, porque tenía vicios que eran prioridades, de regalarle las gafas y de no recordarle que debía aún la sudadera; soy yo el culpable de aquel partido que perdió 25 a 12, porque no le concedí una estorbada supuesta, y no olvidó eso, pero sí sus 15 fallos de bandera; yo soy también culpable de hacerles buenas fotos y esperar que alguien me lo agradeciera.
Yo soy el culpable de que no pidiera un tiempo a tiempo, ni cambiara la pelota rápida por una más lenta; también debo serlo de que fallara seis saques y en uno ni a la pelota le diera; yo soy el culpable de esto y de todo aquello que impidió que ganara la txapela.
Le pido perdón, pelotari, aunque ya sea un poco tarde para que el mundo condene mi errores y alabe tu saber estar dentro de la kantxa, tu educación y respeto, tu compañerismo y tu grandeza.
Yo soy el culpable de darle la pala de 540 g y las pelotas amarillas, el pega palo berezi, el esparadrapo y la cinta negra... aunque para pagarlo dinero no trajera, y de confiar en que me haría el bizum que nunca hizo, a pesar de su promesa.
Soy yo el
culpable de darle la llave de la puerta que él
nunca cierra, y también de
no saber enfrentarme a sus dos caras al sol que
más caliente;
igualmente soy yo el culpable de ser
intachable con mi dedicación
extrema, porque ellos todo lo hacen fácil con la
boca llena; ni siquiera
leía mis mensajes, pero hay que perdonarle, porque la culpa es
mía por escribirles tanto, con tanto detalle, e
informarles de lo
que se supone que a ellos es a quienes más
interesa; de hacérselo fácil,
de ponerles todo en la mano un día y otro, semana
tras semana, un
mes y el siguiente, ya no se sabe ni
cuantos años, nadie lo recuerda.
Yo soy el culpable de que equivocara hasta el color de la camiseta, de que no vistiera gerriko, de que dejara olvidada la pala o de que la tirara de mala manera y la rompiera.
Me recordarán por ser yo el culpable de pagar su licencia, porque tenía vicios que eran prioridades, de regalarle las gafas y de no recordarle que debía aún la sudadera; soy yo el culpable de aquel partido que perdió 25 a 12, porque no le concedí una estorbada supuesta, y no olvidó eso, pero sí sus 15 fallos de bandera; yo soy también culpable de hacerles buenas fotos y esperar que alguien me lo agradeciera.
Yo soy el culpable de que no pidiera un tiempo a tiempo, ni cambiara la pelota rápida por una más lenta; también debo serlo de que fallara seis saques y en uno ni a la pelota le diera; yo soy el culpable de esto y de todo aquello que impidió que ganara la txapela.
Le pido perdón, pelotari, aunque ya sea un poco tarde para que el mundo condene mi errores y alabe tu saber estar dentro de la kantxa, tu educación y respeto, tu compañerismo y tu grandeza.
ME QUEDAN TANTAS COSAS DE DECIR...
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