He estado pensando que hay gente a la que el confinamiento le ha venido bien; el confinamiento, el estado de alarma, las restricciones... y hasta la mascarilla.
¿No os ha pasado a vosotros? Que habéis conocido a alguien en la época de la mascarilla y, ¡claro!, como solamente se le veían los ojos y la frente, pues, había que imaginarse el resto: su nariz, su boca (sus labios, su lengua y sus dientes), su barbilla...
¿Tenías curiosidad por saber cómo era sin mascarilla? ¿Y...? ¿A ti también te ha pasado? Que el día que le viste sin mascarilla pensaste...
—¡Póntela, que salimos ganando!
Quiero decir que, prefiero que se la ponga, porque me protege de los contagios y también mis ojos protege.
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