El verano de 2018 ha sido estupendo. Pese a sumergirme durante más de 20 días en organizar el Torneo Maloka, del que he acabado más a gusto que nunca hasta ahora, he tenido tiempo para disfrutar haciendo otras muchas cosas, entre ellas andar y andar, de tal modo que he hecho más de 300 km a pie, en rutas de hasta 20 o 25 km, por paisajes que me han cautivado y, como no, ampliado mi colección de álbumes de fotos.
Y como a mí me gusta escribir y compartir algunas de mis fotos, pues, tengo la intención de dedicar varias publicaciones de haixeder a contar esos ratos de playa, esas rutas tan bonitas, o... ¡mi primera salida al extranjero!. Sí, que, para mí que soy un hombre de pueblo, irse hasta Portugal es salir al extranjero. Bien acompañado, eso sí, que ella, Amaia, es la mejor compañía que podría tener en cualquier lugar.
En julio, mientras preparaba el Maloka a distancia, que hoy en día las nuevas tecnologías te permiten casi todo, anduvimos por tierras astures, que me encantan. De ello, por si a alguien le interesa y no lo ha visto, hablé en un par de publicaciones de haixeder:
https://haixeder.blogspot.com/2018/07/ruta-por-acantilados-astures-llanes-poo.htmlhttps://haixeder.blogspot.com/2018/07/ruta-por-las-playas-del-cabo-vidio.html
Cuando no dispones de muchas horas, que es lo que me pasa cuando organizo el Torneo Maloka, un paseo hasta Pobeña o por Itsalur siempre es gratificante, aunque actualmente, por el desprendimiento de piedras que hubo hace meses, lleva medio año ya "cerrado" al público y bastante abandonado en cuanto a recogida de basuras y corte de hierbas de los laterales.
Dependiendo de hasta dónde quieras, puedes hacer unos cuantos kilómetros entre ida y vuelta, ya que hay opción de llegar hasta Ontón y en recorrido llano, exceptuando las escaleras de Pobeña a Itsalur, que son puñeteras como ellas solas. Creo que son 120 peldaños en total y 36 de ellas son muy incómodas porque su anchura no es grande para un paso y pequeña para dos, además de tener inadecuada inclinación.
Siempre me gusta dar una vuelta por Pobeña, rodeando lo que queda de su marisma, acercarme hasta la plaza, saludar a los amigos pobeñeses, comer unas rabas o unos mejillones con tomate ("tigres") y tomar un refresco. Tengo muchos buenos recuerdos de cuando jugaba en el equipo de fútbol que hubo en Pobeña, el Sokorro´ko Ama, a finales de los años 70 y comienzos de lo 80.
Esta foto inferior me la hice hace poco. Tenía mucho cariño a Hilario Cruz, trabajó en la fábrica de algas y fue mi entrenador en Pobeña varios años. Además, escribía.
Con el nuevo paseo se llega muy fácil hasta el puente de Pobeña, lugar de fotografía diaria. Siempre me gusta contar que cuando yo era niño no existía este puente y solamente ponían uno de mecano tubo para ir a la Romería de la Virgen del Socorro, que va a ser ya muy prontito, el 8 de Septiembre. Antes era una fiesta obligada para toda la gente de la comarca, que se acercaban en familias a pasar el día entero, con su carro, sus caballos o andando a través de la playa.
En la ermita, colgado del techo, está este barco (Juan Sebastián Elcano) de 3.000 piezas que monté durante un verano hace ya más de 30 años por encargo del sacristán Kiko Garay.
El paseo por Itsaslur suele regalarte preciosas puestas de sol.
Y ese mágico rumor de las las llegando a la costa.
El estuario del río Barbadun, las paradas de los anguleros, la ermita, los bloque de hormigón que eran base del cableado de baldes de mineral desde Gallarta hasta los lavaderos de Campomar, las siemprevivas que tiñen de lila la marisma... para un hombre de pueblo como yo, todo puede ser nostalgia caminado por esos lugares.
Sobre el estuario del río Barbadun tengo una colección de 17 reportajes que publiqué en haixeder en el verano de 2013. Si disponéis de tiempo... visitadlos y descubriréis muchos datos interesantes. Os dejo el enlace genérico:
Los pobeñeses, orgullosos de su rinconcito, dicen que lo mejor de La Playa de La Arena es que desde aquí se ve Pobeña. Para mí, mirar desde Pobeña hacia "mi pueblo" (Playa La Arena) es un placer, no me canso.
Bajo esta encina azotada por el viento de la mar, como refleja la inclinación de su ramaje, siempre me gusta hacerle fotos a Amaia, porque me parece un marco natural de gran belleza.
Y ella me dice... ¿otra vez la misma foto? Y yo respondo, la foto siempre es diferente, aunque el sitio no cambie. Y estoy convencido de que tengo razón.
Por Itsalur todos los lugares son preciosos para hacer fotos.
Flores silvestres, sol y sombras, acantilados, restos mineros, restos de los recolectores de algas...
El Cargadero ya no está,
se lo llevó una tempestad.
Era un símbolo de nuestra historia
cuyos hierros yacen bajo el mar.
Me gusta mirar a la zona del cargadero, bajar de vez en cuando, volver a tocar los hierros clavados en las rocas, sentir las escaleras de piedra, mirar hacia las oscuras galerías, coger un piedra roja y mancharme las manos, tratar de imaginar...
Los animales también se ven por Itsalur: gaviotas, cabras, ovejas, vacas, caballos, burros...
La punta del castillo es otro sitio de obligada visita, a pesar de que la gente deja incomprensible suciedad allí. ¡Lamentable! Las ventanas de sus ruinas invitan a hacer fotos.
Y a soñar que eres un pájaro y vuelas...
Desde allí me gusta mirar al mar y a los molinos de Punta Lucero...
Pero ya se sabe cuál es la debilidad del objetivo de mi cámara de fotos...
Cuando atravieso la zona de acantilados donde quedan aún restos de los recolectores de algas... siempre me acuerdo de mis amigos de Kobaron: Ricar, Joxemari, Manu... Me detengo un momento y le cuento alguna vieja historia a Amaia, son historias de un hombre de pueblo. Haber cogido algas es un sentimiento difícil de explicar... de los trabajos más saludables y gratificantes que he hecho en mi vida. ¡Cuántas historias, cuántas anécdotas, cuántos momentos, cuánto trabajo, cuánto sufrimiento, cuánto placer...!
Si dispones de tiempo o quieres hacer una ruta de mayor distancia, desde Kobaron se puede ir hasta Ontón, hasta su playita de piedras.
Tienes ocasión de seguir viendo calitas, acantilados, túneles, etc... ¡me encantan!
Fácil que veas algún peregrino o peregrina haciendo el Camino de Santiago, a alguien haciendo footing o yendo en bici... si es últimos de agosto o septiembre puedes coger moras... cosas que gustan a un hombre de pueblo.
Playa de Pobeña
Itsaslur, un lugar con excepcionales vistas, mires adonde mires.
Pero... si tuviera que ir solo a Itsaslur, no iría.
Nada sería igual, ni el paseo, ni las vistas, ni las fotografías.
OSO POLITA!
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