viernes, 20 de octubre de 2023

BOLOS A KATXETE. Tirada Social, 2023-10-16, La Arena (ZIERBENA)

Todavía recuerdo  el  Karrejo de Bolos  a Katxete de Juanín, en La  Arena, a la  sombra  vespertina de los  dos pedazo chopos, junto al  Arroyo  Juanes (o Juenes), junto a lo que  en La  Arena  llamamos  ahora  el  frontón  Povedano, que iba a ser, pero no  fue. Era  uno de los  sitios preferidos de los niños de La Playa. Por allí cruzábamos el  arroyo, y subíamos a lo de Guillerma (higos de mil clases y  la  siempre  sonrisa de Guillerma para sujetar  sus perros),  también  a lo  de Don Juan Garay y lo de  Elosua. Era  también un  paso para   ir donde  OrlanSofi y Nico..., nietos  de Cayetana. Y desde allí,  hacíamos nuestras regatas (a los palitos de madera  de los polos, les poníamos un nombre  de trainera,  siendo  Kaiku, Orio, Ciérvana y Pedreña las  favoritas, y  los dejábamos  en  el  arroyo,  hasta que llegaban  al puente  de casa Celia.

Juanín y Engracia tenían un bar con vistas  al  Karrejo y era uno de los tres únicos bares  de La  Arena, junto al Labanda, de  Felipe e Irene y al Garmendia, de Inazio y Claudia.

Era  La  Arena  a caballo  entre décadas de los  60  y los 70. 

Ahora,  es  Gonzalo Soto el representante de los Bolos  a Katxete de La  ArenaGonzalo Soto es nieto de  Juanín Engracia y  aita  de  Jon  Ander (). Gonzalo puede ser la imagen de los bolos  a katxete y  de otras muchas  cosas. Es un galipo  hors catégorie. Para mí  es un  emblema  de La  Arena y  de Zierbena. Con  Gonzalo siempre  aprendes  algo nuevo y  es  capaz  de conversar de mil temas  diferentes. Es uno de los  mejores  embajadores que  Zierbena puede  tener. Vale mucho más de lo que  pensamos.

En  Zierbena  he  conocido personas insustituibles. Gonzalo Soto   está en  ese equipo. También lo estaba Lucio De la Cruz,  que  falleció  el pasado sábado, a los 87  años.

No tengo por  costumbre mencionar  en haixeder los  fallecimientos, pero en el  caso  de Lucio voy a  hacer una  excepción, porque  él,  en  sí mismo,  era una  excepción, una persona  excepcional.

Cuando un hombre  como Lucio se muere, pierde su  familia. Eso lo primero. Pierden también sus  amigos, que  tenía muchos. Pero no nos damos  cuenta  de lo que pierde Zierbena

Nadie   sabe poner  valor  a las  historias  que Lucio tenía  en  su memoria, los  datos,  las  vivencias, las anécdotas... todo  eso se va  con él. Las hemos perdido para  siempre. Lucio  era  una leyenda en  vida y  era portador de una  enciclopedia no  escrita  sobre  nuestro pueblo.

Yo no tenía una  especial  relación  con él. Le  conocía desde niño, antes  por oídas  que  en persona, como pasa con los grandes personajes. Y nunca tuve  una larga  conversación  con él, pero  siempre  que le veía me  gustaba  acercarme,  saludarle, mirarle  con  cariño y  admiración, preguntarle  algo. Lo que  el google  es para  el mundo,  era  Lucio para  Zierbena.  Eso  también lo sentía  con  Eloy Tajada aita, con Maxi Bañales... cuando  tuve ocasión de  hablar con ellos. Otros grandes galipos.

Yo  empecé  a conocer  a esta  gente  cuando  estuve de  cartero  de Zierbena en dos veranos, al inicio de la década  de los años  80. En  aquella Zierbena  había   hombres y mujeres  fascinantes  y  casi  todos los apellidos eran  ZabalaBrazaola, Bañales, Uranga, Barquín, Tajada, Carpintero, Artetxe, Elorza, Etzaniz, Maruri, Arrondo, Lazkano... Para un  cartero novato era un lío, y recuerdo que  en  El Puerto, Elena (¿Zabala?) siempre me  indicaba quién era  quien.

Deberíamos dedicar más  atención  a estas  personas,  y documentar  sus  vidas,  sus historias... tienen tantas  cosas que  contarnos. Que  se  queden  en el olvido  cuando ellos  mueren, me parece un pérdida  irreparable, un tesoro  de  Zierbena  que  se pierde. Zierbena es una enorme sima de  tesoros perdidos.

Apenado porque  ya no veré  nunca más  a Lucio, se entremezclaba  mi  emoción por representar a  Galipa en la izada  de bandera  del Independentzia  Eguna y, al  día  siguiente, ya vi  a Gonzalo preparando  por la mañana con mimo el karrejo de La  Arena, para  la  tirada  social que  se  aplazó  del sábado al  lunes, por la lluvia. La vida sigue... nadie mejor que él representa  este  dicho.

Dios no debe ser galipo, porque suele pasar que cuando hay tirada de bolos a katxete llueve  y  cuando hay  campeonato de surf la mar  se queda  como un plato. Un dios galipo dispondría lo  contrario.

En la tarde  del lunes no tenía pala,  así  que   quise estar  en el karrejo, aunque  sólo  fuera  haciendo  fotos.


Gonzalo Soto  fue  el primer  culpable de que  yo  me hiciera  pelotari. Luego,  mucha  culpa la tuvo  su  cuñado, Eloy Tajada, el que más. Y los Naparrilla... Nunca  probé  a los  bolos, pero nunca  es tarde  para  tirar  y hacer una blanca (txorra). Perdí la oportunidad de ser bolari.

Lorena Renobales, veterana  bolari  galipa, de Kardeo,  subcampeona de  Euskadi  en  2015, 2017 y 2019; y  campeona de Bizkaia en 2023, ejerciendo de  armadora, colocando los  bolos  con mimo.

Gorka Urreztieta, multifacético, deportista, artesano, siempre  en el entorno de  Zierbena y gran  amigo de  Gonzalo Soto, lanzando la bola  con  estilo. Le  conocí cuando  era  joven, porque  era  asiduo de aquella   buena gente  que   residía  en el  Camping El Peñón y se integraron  magistralmente  con los  autóctonos de La Arena.

En mi opinión,  el  camping nunca debió desaparecer,  debería haberse transformado,  evolucionado, modernizado... pero  seguir siendo  camping, porque  daba vida a La  Arena y  sus campistas aportaba mucho  al barrio. Lo que nunca debió pasar  es lo que ha pasado, que  está  ahí, ni palante ni patrás, un espacio  desaprovechado, muerto,  sucio y  abandonado.

Metri Renobales, de Kardeo, con brazo Terminator


Galder Renobales, a  toda máquina...
David  Sanchez, como un dantzari  lanzando la bola.


Endika Prego, sonriente en los momentos previos al lanzamiento. Es  cuando  se le  comenta  alguna broma al armador,  cuando escuchas  los ánimos,  cuando  te  tiemblan las piernas   y  cuando   vas a salir  en la  foto...
Donde ahora  tenemos  el karrejo, hace  medio  siglo teníamos una  charca que  sólo se  secaba  en pleno  verano. Era la  charca  de las  ranitas de  San  Antón. En  primavera gozábamos  en ella, echábamos piedras  y  arena para  hacer caminos y poder  adentrarnos  en ella para  cazar libélulas,  ranas, culebras, mariposas... Esa  charca  era  un ecosistema  donde  las  ranas hacían  conciertos nocturnos. Recuerdo  a las  preciosas ranitas de  San  Antón, pequeñas y verdes,  finas, simpáticas, su piel era  como  gelatina endurecida. Desapareció la  charca y  no he vuelto a ver  ranitas de  San  Antón  en el  entorno de La  Arena.

La construcción del oleoducto de Petronor se llevó  por delante  aquella  charca. Y  también el  karrejo de  Juanín.  Unos años después, al inicio de la década de los 80, se  construyó aquí  en nuevo karrejo de bolos a katxete. Recuerdo ver  a Germanín Campo,  con  su  azada, su pala y  su  carretilla, y vestido  con  su pantalón bombacho y  su  camisa de  cuadros tipo leñador, moviendo la  tierra para  allanar  el  terreno.

Ander, en busca de un buen lanzamiento de bola.

Garxea Renobales

Oier Familiar, de casta le  viene  al galgo.
Lorena no es, precisamente, manca  tirando a los bolos, 
aunque  en la foto lo parezca.

Nagore, de  Valle, pues,  hizo una buena tirada. Destacó.
Naroa Renobales: una  fuerza  de la  naturaleza.
Campeona de  Euskadi 2023


El tirador se coloca en el centro geométrico del semicírculo sobre la piedra de tire, donde se afianza el pie para lanzar la bola.    Seis metros más adelante se encuentra el tablón de madera, sobre el que se colocan las seis bolas más pequeñas, tarea que realiza el armador.    Las bolas son colocadas de diversas maneras, según el gusto del bolari o lanzador, sobre una rampa de madera de 125 x 75 cm, ligeramente en cuesta.    El jugador o bolari lanza la bola contra los bolos colocados en el carrejo haciendo que salgan lanzados hacia el terreno de juego.    La forma de puntuar es la siguiente: por cada bolo que rebasa la primera línea (de 10 metros, normalmente) se anota un punto y si rebasa la segunda línea, a 18 metros, generalmente, se cuentan dos puntos.    Pero para que la jugada tenga validez, la bola de lanzamiento rebase la línea de 10 metros, porque sino se denomina blanca o corta (txorra).

Oscar Familiar ganó la  tirada  masculina senior. 


Gari, mimando la bola, sintiéndola...

Montse
Anabel

Txejo (Sergio)

Aratz, observado por Gonzalo, que  es el padrino de su ama, Bego.
Eneko

La organización  estaba  empeñada  en que  desempatasen estos tres, pero ellos  volvían a  empatar. Y  así  toda  la tarde. Finalmente,  yo  creo  que  ya obligados,  desempataron. ¡Qué  grandes!
Hay  que tener  fuerza en los  brazos para  levantar la bola  así, aunque dicen  que   este estilo matxete no es muy ortodoxo. Si  impactas con los  bolos, cualquier  estilo será  exitoso.



Bego  Campo no iba al karrejo a  tirar bolas, pero... a veces,  hay  que  hacer por los demás. Como ella misma  resumiría: "es lo que  tocaba".

Era día de escuela, extraescolares y deberes, que los profes  siguen poniendo deberes, y  solamente   tres medio niños  tiraron  bolas y se  llevaron premio. Arriba, Aratz  con  Gonzalo y  abajo, Oier  con Bego Campo.

MARGA MARTÍNEZ ALLENDE, de la que también se puede escribir un libro de sus vicisitudes y sentimientos galipos, con  BEGO CAMPO y ARATZ

La  concejala jeltzale BEGO  CAMPO entregó los premios. En esta  foto animada  sale  con Oskar, DavidGorkaEnekoGonzalo,   Gari y Garxea, premiados en las  diferentes  categorías  masculinas.

Y en  esta otra  con las  mujeres  premiadas: NAROA, LORENA, NAGORE, ANABEL, MARGA, XANDRA y MARIASUN.

Y la  foto de  grupo de los  que  se quedaron hasta  el  final,  que  tuvieron BOLA-EXTRA: picoteo con tortillas y  txakolí de  categoría,  de la que  tiene  Gonzalo Soto.

El juego de “bolos a katxete” es un deporte autóctono de la comarca de Encartaciones (Enkarterri) desde hace más de 120 años, contándose, en aquellos años, más de 50 carrejos entre Muskiz y Barakaldo, donde los encartados se jugaban las bebidas, estableciendo de antemano el número de “bolos” o puntos de cada partido.    

Consiste en lanzar una bola de madera de guayacán de 17 cm. de diámetro y un peso aprox. de 4.200 gramos, que varía  según las  categorías, contra seis bolos de madera de encina, de forma esférica, al contrario que el resto de juego de bolos que son alargados, de 11 cm. de diámetro y 1.200 gramos de peso.    En tiempos antiguos, los bolos no eran esféricos sino que tenían forma cilíndrica o cúbica.

El guayacán -una madera noble del trópico utilizada durante decenios en los timones de los barcos por su resistencia al salitre- es la madera con la que se hacen los bolos. “El guayacán es una madera de gran densidad -no flota en el agua- y de una dureza extrema, lo que le proporciona una gran durabilidad sin que los golpes contra los bolos de encina o el tocón de roble donde estos se posan le afecten”- contaba el playero Gonzalo Soto hace un par de años en un reportaje del periódico Deia.
Se sabe que hace más de cien años había en el Valle de Somorrostro, desde Muskiz a Barakaldo, más de cincuenta carrejos de “bolos a katxete”.    Por diversas causas la afición se ha ido perdiendo, hasta encontrarse en un momento muy bajo respecto al número de carrejos y de jugadores, estando en peligro de desaparición.    Gracias a antiguos bolaris, que han preservado este deporte autóctono de Enkarterri, ya que no se conoce fuera de la comarca, se fueron recuperando algunos carrejos y la afición a este deporte.    En 1980, se reunieron todos representantes de todos los carrejos existentes para establecer un calendario, buscar financiación para dar un empuje a los bolos a katxete.    Se consiguió hacer tiradas en los 10 carrejos existentes en  aquel entonces: El Regato, Gorostiza, Durañona, Ugarte, Basatxu, Urioste, Kabiezes, Sanfuentes, La Cuesta y La Arena.    En esta competición participaron más de sesenta bolaris
 Carteles de dos campeonatos disputados en La Arena
En la actualidad, aunque no tengo la certeza exacta, creo que quedan siete carrejos de bolos a katxeteEl Regato, Durañona, Urioste, Ugarte, Sanfuentes, La Cuesta y La Arena. 


Cartel de la tirada objeto de  este  reportaje, que  se  suspendió por la lluvia y  se  realizó el pasado lunes, 16 de octubre.

Agradezco a los  bolaris la permisividad y paciencia para  poder sacarles  estas  imágenes y a los responsables del  club por  su  atención y  colaboración.

ESKERRIK ASKO!

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