domingo, 7 de febrero de 2021

Guk ilargira joan nahi dugu (Zambezeko ipuina)

Aspaldi batean jendeak esan zuen: 

"Utz iezaguzu eskailera bat egiten zeruraino igo eta ilargira joan gaitezen".

Lurra zulatuz bi putzu egin zituzten; gero denak batera basora joan ziren, atera zituzten bi zuhaitz luzeenak; sartu zituzten bi putzuetan; finkatu eta lotu zituzten eskailera antzeko zerbait eginez.

Gero lana bukatu zuten. Aginte handiena zuten gizonek langileak zaindu behar zituzten. Hauetariko batzuek sokei eutsi behar zieten; beste batzuek, enbor lodiak eraman eskailera muturreraino eta gainaldean lotu. Batzuk janaria prestatzeaz arduratu behar zuten, ezertxo ere ezin ahaztu.

Diotenez, hamar urte iraun omen zuten lan hauek.

Noizbehinka gizon adituak azkeneko mailaraino igotzen ziren ilargia gertu ote zegoen ikustera. Halako batean agintari batek aditzera eman zuen:

—Gaur mugitzen da ilargia hain zuzen ere azken mailatik gertu.

Orduan esan zuten beste  agintariek:

—Igo gaitezen geu ere eta har dezagun ilargia.

Han  zihoazen igo eta igo, baina iritsi zirenerako, oso urruti zegoen ilargia berriro. Biharamunerarte itxaron nahi izan zuten eta bitartean...

—Ekarri zuhaitz-enbor eta  soka gehiago; ahalik eta goren iritsiko gara!

Baina enborrak zeramatzaten bitartean, eskaileraren behealdeko sokak eten egin ziren. Denari eusten zioten zuhaitzak erori egin ziren berehaldiko kolpeak joz. Han amildu ziren agintariak ere eta bizirik lurperatuta geratu ziren.

Jendeak agintari berriak aukeratu zituen eta leku hartatik sakabanatu egin ziren.

Zambezen uste dute hau ez dela ipuina, benetan gertatua baizik. Nolanahi ere, ikasgai ona da gehiegi igo nahi duten handinahiak dituztenentzat.

Afrikako ipuin herrikoiak
Elkar


Una leyenda del pueblo Tonga cuenta que en el río Zambeze habitaba Nyami Nyami, un dios ribereño con cabeza de pez y cuerpo de serpiente. ... Enfurecido, este intentó ir río arriba para reunirse con ella, inundando el valle del Zambeze. Ésta es la leyenda de cómo se formó el lago Kariba.

Leyenda Kariba

El pueblo BaTonga vivió en el valle del Zambeze durante siglos en una reclusión pacífica, con poco contacto con el mundo exterior. Eran personas sencillas que construían sus casas en kraal en torno a las orillas del gran río y creían que sus dioses les cuidaban proporcionándoles agua y comida.

Pero su estilo de vida idealista desapareció. A comienzos de la década de 1940, se hizo un informe sobre la posibilidad de un esquema hidroeléctrico para proporcionar energía a la creciente industria que había traído el colonialismo a la federación de países conocida como Rodesia del Norte, a un lado del río, y Rodesia del sur, al otro, ahora Zambia y Zimbabue.

En 1956, se comenzó el proyecto de construcción de la presa Kariba.

Cuando llegó la maquinaria para modificar el terreno del valle, arrancó miles de árboles centenarios para construir carreteras y asentamientos para albergar a los trabajadores que construirían la presa. La paz y soledad BaTonga fue hecha añicos y les dijeron que se fueran de sus hogares y se desplazaran del río para evitar la inundación que causaría la presa.

El nombre Kariba viene de la palabra kariva o karinga, significando trampa, que se refiere a una roca que sobresale del cañón donde se iba a construir la pared de la presa. Los BaTonga creían que era el hogar de Nyami Nyami, el dios fluvial, y creían que cualquiera que se aventurara cerca de la roca sería arrastrado bajo las aguas durante toda la eternidad.

Se reasentaron a regañadientes a más altura, pero creen que Nyami Nyami nunca permitiría la construcción de la presa y , finalmente, cuando el proyecto fracasó, volverían a sus hogares.

En 1957, cuando la presa estaba a punto de completarse, el dique falló, provocando la peor inundación conocida del río Zambeze, arrastrando gran parte de lo que estaba construido y el equipamiento pesado, matando a muchos trabajadores.

Algunos de los muertos eran hombres blancos cuyos cuerpos desaparecieron misteriosamente y que no fueron encontrados tras extensas búsquedas. Se les pidió a los ancianos tonga que les ayudaran, ya que los miembros de su tribu conocían el río mejor que nadie. Los ancianos explicaron que Nyami Nyami había causado el desastre y que para aplacar su ira era necesario un sacrificio.

No se les tomó en serio pero, desesperados, cuando los familiares de los trabajadores desaparecidos iban a llegar para reclamar los cuerpos de sus seres queridos, el equipo de búsqueda aceptó esperando que los miembros de la tribu pudieran encontrarlos.

Un ternero negro fue sacrificado y se le dejó flotar en el río. A la mañana siguiente, el ternero había desaparecido y los cadáveres de los trabajadores estaban en su lugar. La desaparición del ternero no es extraña en un río infestado de cocodrilos, pero la reaparición de los cuerpos de los trabajadores tres días después nunca ha sido explicado satisfactoriamente.



Tras el desastre, se estudiaron los patrones de las corrientes del río para averiguar la probabilidad de otra inundación, acordándose que una inundación de esa intensidad solo podía ocurrir una vez cada mil años.

Sin embargo, la siguiente estación lluviosa trajo peores inundaciones que el año anterior. Nyami Nyami golpeó de nuevo, destruyendo la ataguía, el puente de acceso y partes del muro principal.

El proyecto sobrevivió y el gran río fue finalmente controlado. En 1960, se activaron los generadores proporcionando desde entonces energía eléctrica a Zimbabue y Zambia.

Los BaTonga siguen viviendo en las orillas del lago Kariba, manteniéndose la creencia de que un día Nyami Nyami cumplirá su promesa y serán capaces de volver a sus hogares en la orilla del río. Creen que Nyami Nyami y su esposa fueron separados por el muro a través del río, y los frecuentes terremotos sentidos en la zona desde que se construyó el dique son causados por el espíritu intentando alcanzar a su esposa, prediciendo que al final lo destruirá.

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