jueves, 20 de septiembre de 2012

El pastor

          
             Un día de verano de 2012, haciendo una ruta por ermitas de montaña que partía del monasterio de Santo Toribio de Liébana, vi  que había un cartel en una alambrada. Me acerqué y cual fue mi sorpresa al ver que se trataba de un poema dedicado a la figura del pastor. Cuando empecé a leerlo me di cuenta de que tenía que  fotografiarlo porque, seguramente, a Alen le iba a gustar y, tal vez, quisiera aprendérselo para recitarlo en este curso.
              
              Hoy os lo traigo hasta vosotr@s. Y se lo dedico a Alen, quizás, hoy, por hacer buena esa frase que con tanto sentimiento dice Ehari: "quiéreme cuando menos me lo merezca, porque será cuando más lo necesite".




               El pastor              
Quieto, clavado en la cumbre,
al abrigo de la lumbre
que le presta su calor,
como un pináculo aguja,
sobre el cielo se dibuja
la silueta del pastor.

Está desnutrido, es viejo,
dos chispas, un entrecejo,
dos cepillos y un ojal,
tres pinchos y una mampara
son los rasgos de su cara,
cubierta por un breñal.

Sobre este rostro de hueso
pone siempre el primer beso,
a la primera luz del día.
Otro postrero le ofrece
cuando su brillo decrece
ante la noche sombría.
Ya sin sol, año tras año,
se esconde con su rebaño
en la choza del redil.

Allí cumple su condena
sin conversación, sin cena,
sin camastro y sin candil.
Vida triste, vida dura,
siempre igual y siempre oscura,
solitaria, sin amor,
sin delirios, ni ambiciones,
ni placeres ni emociones
es la vida del pastor.

Pero quien goza y delira,
¿no ve pronto la mentira
de su  delirio y su goce?
Y quien piensa ser amado,
¿no vive con el cuidado
de un dolor que le destroce?
Y quien lucha y ambiciona,
¿no encuentra como corona
los escarnios de la suerte?
Y quien entre risa y llanto
vive en continuo quebranto
¿no está cerca de la muerte?

Vale más pasar la vida
reposada y escondida,
sin ternura y sin afán,
alimentando en la cumbre
un amor sólo, la lumbre,
y sólo un anhelo, el pan.

Vida triste, vida dura,
siempre igual y siempre oscura
es la vida del pastor,
pero no tiene ambiciones,
ni delirios, ni emociones,
y por eso es la mejor.
                                                                               Luis Martínez Kleiser

2 comentarios:

  1. Merci pour cet article et pour la photo. Je suis passé le 22 octobre 2018 devant cette même affichette sur le camino Vadiniense. Le temps avait passé et le texte était difficile à lire en entier. Grâce à G...le je suis arrivé sur votre blog et j'ai trouvé l'intégralité du poème que j'aime beaucoup. Merci beaucoup, agur !

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  2. Este poema me lo recitó mi abuelo cuando yo era una niña. Sería por 1980 o 1981 y el debía de tener alrededor de 64 años. Siempre he recordado los primeros versos con muchísimo cariño y ahora... 40 años después me lo encuentro completo aquí. !!Muchas gracias!!

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