FINAL LIGA KUTXABANK 2024
FUSTO--IBAI PÉREZ 07 - 10 - 10 - 10
MADARIAGA--URRUTIA 10 - 06 - 09 - 08
MADARIAGA--URRUTIA 10 - 06 - 09 - 08
No sé si seguirá siendo de haya la madera de las palas de estos pelotaris de apariencia humana, como marcaba la historia o la tradición, porque todo cambia, o casi todo, hasta en este noble deporte, que llena los frontones de gargantas que rugen y manos que estallan al aplaudir esas atractivas dos paredes y esos impactos que convierten la pelota en un destructivo misil.
Todo cambia, pero hay algo que sigue inalterable desde hace ya más de una década: mi admiración por Pablo Fusto e Ibai Pérez. "Diez años después, sigues siendo mi ídolo", le dije con voz entrecortada al argentino coleccionista de gestas y txapelas. A Ibai, por conocerle desde muy jovencito, y haber jugado muchas veces partidos y campeonatos con la pelota de tenis, pues, le di un abrazo y le dije lo que sentía, que me alegraba mucho de su victoria.
También admiro a Jagoba Madariaga, mucho, muchísimo, y ese va a marcar época en Innpala. Madariaga y Maldonado van a ser los sucesores de Gaubeka y Fusto; me parecen sus herederos naturales, con dos décadas de grandes hazañas en los frontones. Jagoba me parece un encantador de la pala, un mago que te enseña la sonrisa y te clava su aguijón. Y me parece un encanto de chico.
A Iñaki Urrutia le conozco nada, de vista, de un saludo, de verle jugar. Es un zaguero de Armintza, ¡cómo no!, pero podría ser un guerrero venido de las estepas siberianas. Duro, indestructuble, rápido, diestro en el manejo de su herramienta y con el gesto impenetrable, que se libera cuando roza el extasis con un pelotazo indefendible, al que me cuesta seguirle con mis cansados ojos.
Foto Borja Guererro
¡Vaya final! ¡Vaya espectáculo por el precio de un cubata, le oí decir a uno! ¡Vaya cuatro pelotaris! ¡Vaya ambientazo en el Frontón Bizkaia! ¡Qué bonito ver el frontón así!
Casi hora y media de partido.
Casi 1.000 espectadores.
Más de 800 pelotazos.
Sinceramente, yo veía a los armintziarras como favoritos. Sin embargo, en plan cariñoso y no exento de zasca jocoso para algunos, dije a mis acompañantes en el calentamiento que "van a ganar el viejillo y el gordito". Y es que creo que es lo que quería mi corazón, porque, ciertamente, Madariaga y Urrutia tienen por delante muchas Ligas Kutxabank para ganar.
En Innpala son todos muy buenos, pero solamente hay un Ibai Pérez en la pala. Los demás le pegan a la pelota, la martirizan, y rompen hasta las palas, pero Ibai la domestica y la acaricia. Los demás rematan; Ibai, la seduce con su muñeca. Yo pienso que Ibai hace mejores al resto de sus compañeros, sobre todo a los delanteros de Innpala, porque, muchas veces, si no estuviera ahí Ibai, bastaría uno de esos impresionantes pelotazos de Maldonado, Necol, Madariga, Fusto o Gaubeka para finalizar el tanto. Pero como el de atrás sea Ibai, los delanteros tienen que echar otro pelotazo, otro rebote, otra arrimada, otro misil, y otro más, y otro más... y así, sin pararse a pensarlo y sin darse cuenta, se hacen mejores día a día, Ibai Perez los hace mejores partido a partido.
Ibai es diferente. Su juego es diferente. Su juego es un imperceptible veneno para el cerebro de sus rivales. No me extrañaría que le llamaran "el pesao". Te lo devuelve todo a buena, suavemente, como invitándote a echarle otra pelota al rebote. Ibai Perez es el pelotari que espera y desespera. Algunos no se explican cómo puede acabar ganando a los gladiadores que tiene enfrente. No hay que buscar explicaciones, hay que verlo, hay que vivirlo, hay que disfrutarlo.
Fusto me pareció el de años atrás. Arrancó mal, sí, como un viejo mercedes, pero su motor se fue calentando, y su zurda, ¡qué zurda! Solamente, la zurda de Leo Messi es mejor que la de Pablo Fusto en toda la Argentina. Fusto será siempre el campeón, aunque se retire, los campeones como él deben serlo para siempre. Su remera debería colgarse en el frontón. Su foto en la pared me parece insuficiente premio para tan grande campeón.
Y esa rabia. Ese coraje argentino. Hace el último tanto, cierra el partido, gana la txapela, tira la pala, tira el casco y levanta los brazos que muestran las venas del campeón resucitado y glorificado. Magistral celebración. Mítica. De las que arrancan al público de sus asientos. Ibai es tranquilo hasta para celebrar. Qué abrazos ví. Sabían que era difícil, pero no imposible. Creyeron. Lo buscaron. Se lo merecieron.
Honraron a un deporte único. Los cuatro.
Me estoy haciendo viejo, ya no me apetece ir hasta Miribilla, y me conformo con ver el espectáculo por la tele o el móvil. Pero el viernes me llevaron al Frontón Bizkaia. Y me alegro. Eskerrik asko a quienes me llevaron. Esos momentos no se olvidan nunca, se llevan contigo siempre, hasta la tumba. ¡Qué nunca mueran los grandes de la pala! Dan vida a este deporte. Ellos, no otros. Ellos, los pelotaris.
No quiero que se me olvide, en el previo partido por los puestos 3º y 4º, Román Maldonado-Oier Alkorta ganaron a Dan Nécol-Iker Gordon en el 5º joko y por 5-4, remotando un 0-4. Mejor, imposible.
REGALO de OLENTZERO
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