Tox me gritaba que habían tirado el frontón del Maloka para hacer una pista de padel. ¡No me lo podía creer!
Pues... —"créetelo", me repetía Edu...
Me desperté sobresaltado.
Nervioso.
No sabía si había estado soñando o no.
Era madrugada del sábado.
No podía llamar a esas horas a Rober.
No podía llamar a esas horas a Esteban.
No podía llamar a esas horas a Jabitxa.
No podía llamar a esas horas a Gari. Bueno, a Gari, sí, "que los sábados vive más de noche que de día", pero me daba palo.
¡¡¡Kortxolis!!!
¡Por San Cipriano! ¡Qué agobio!
Miré el reloj. Eran las tres de la mañana.
Ya no iba a poder dormir.
Me puse una camiseta del Maloka y "carretera y manta"... desde Isaba a Zierbena. Para cuando amanezca ya llego... -pensé.
¡Bua! Era un sueño.
El frontón sigue ahí, donde siempre...
Llamé a Tox y le conté todo...
—¿Dónde estás?,me preguntó-
Cuando le dije que estaba en Zierbena ... se enfadó y me dijo:
—¿Te vas solo al Maloka y me dejas en Isaba? ¡Mikel, no me jodas! ¡Eso no se le hace a un amigo!
—¡¡¡Eran las tres de la mañana!!! Si te llamo a esas horas, tu parienta me mata... -le respondí yo para calmarle.
Y Tox (Edu Glaría), ya más calmado, me dijo:
—La parienta, no. Te voy a matar yo. Anda, vente "pa" Isaba, que te espero en el frontón, que hay entrenar.
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