El Torneo MALOKA-GALIPA 2025 supera sus propios límites, y establece récords en el frontón y en HAIXEDER.
72.629 visitas acumuladas en el mes de julio en HAIXEDER es un escándalo, porque la media diaria sale a 2.343 visitas. IKARAGARRIA!
Y, aproximadamente, 1.300 personas en el pico más alto de asitencia en las finales, hacia las 20 h, por lo que podemos decir que, con las gente que va y viene durante la tarde, que ayer, con 5 partidos y 4 h de actividad ininterrumpida, más de 1.500 personas pasaron por el frontón de La Arena, el frontón del MALOKA-GALIPA.
ESKERRIK ASKO DENOI!
Muchas noches he llegado a casa a medianoche, con un dolor insoportable en mis pies y piernas por las cinco o más horas diarias de pie, de juez, en el frontón; la mente agotada, tanto o más que mi cuerpo. Estaba enormemente cansado, pero no podía dormir. No creo que haya dormido más de 150 h en todo el mes de julio.
Dedicado por completo y no me da el tiempo para hacer todo lo que hay que hacer para que el torneo salga bien. Siempre con un montón de mensajes sin contestar y una interminable lista de tareas pendientes, muchas urgentes, todas importantes.
Satisfecho por un lado. Insatisfecho por otro.
Vacío. Perdido.
Actualizaba resultados. Actualizaba los partidos del día siguiente. Dicen que mi error es poner los partidos a la carta. Tal vez. O, tal vez, ese sea el éxito del MALOKA-GALIPA. Para todos lo pongo fácil. Para mí todo me lo pongo difícil.
Exhausto me sentaba en el sofá de madrugada. Eki venía, se me subía encima, con sus patas me rodeaba la cabeza y se frotaba con mi cara, me lamía las orejas, la nariz... me miraba como preguntándome por qué no le llevo a la huerta ahora, ahora que es verano.
Eki no me habla, pero yo se lo entiendo todo. Es mi Clint Eastwood peludo, con sus gestos, su mirada, sus orejas y su cola lo dice todo, habla un idioma universal, el de la fidelidad de un perro hacia su dueño.
Me siento mal conmigo mismo. En julio Eki está solo en casa, horas y horas, porque yo estoy en el frontón y Amaia también.
Él nunca me deja solo, siempre viene conmigo. Nadie del Maloka me hace sentir lo que me hace sentir Eki.
