Años 70, Playa La Arena (Zierbena, entonces era Abanto y Ciérvana)
Algunos apuntes:
* No existía el frontón del Torneo Maloka, había una explanada de arena.
* Tampoco estaba el carrejo de Bolos a Katxete, que era una charca inundable en invierno.
* No existía tampoco el local de Asador Zelai (luego, El Cargadero), aunque sí la finca (llamada de Richter) y la casa actual, de dos familias y viviendas diferenciadas, Campo y González-Setién.
* Donde se ubica el edificio de los portales 15 y 16, con La Mala Juana, Waitaki y Hondartza, había una finca en la que veraneaba la familia Ladrón de Guevara, en la casa que está sobre las duchas, que era una planta más baja que la actual.
* Se estaba construyendo el oleoducto de Petronor y la carretera al Superpuerto, que fue determinante para que la costa cambiara radicalmente, de lastaras naturales a una tremenda invasión de piedras que la sepultaron. ¿Dónde estaba Costas, entonces?
* En toda la parte derecha de la playa, desde el Vivero hacia el pueblo, no había ni un sólo canto o piedra. Todo vino después, al ir arrastrando la mar todos los materiales que se arrojaron a la línea de costa al hacer la carretera al Superpuerto.
* En pie se ve una casa de tres plantas y 6 viviendas, que nunca estuvo habitada, "La Casa de Tolón", donde ahora se ubica el parking de calles en escalera. Fue durante unos años un lugar donde explorar y jugar.
* Alrededor de El Camping El Peñón se surcó un río , con salida a la marisma, para que el camping no se inundara. Hasta entonces, el arroyo Juenes (o Juanes) moría en la vega-marisma, poco después de la casa de Fernando Setien (o de los bañeros). Y ahora resulta que los arroyos o ríos no se pueden ni desbrozar.
* Se ven en pie la casa de Tomasa, en el inicio del Camino que llevaba a Kardeo y la de los Campo, bajo las faldas de Punta Lucero, ya desaparecidas.
* Donde ahora está el edificio de los portales nº 20, con el Apart-Hotel, estaba la finca de Felipe Labanda.
* Se aprecia perfecta la casa que, después, se ha quedado en esqueleto, al norte de la Residencia, habitada por los aitas de Gonzalo Gomez Rubiera, nieto de Mariví Iza, la jefa.
*El parking está recién asfaltado, sin ni tan siquiera líneas pintadas aún y donde hoy están las dunas recuperadas artificialmente, se ve una gran explanada de arena. Antes de habilitar ese parking, allí estaban las auténticas dunas milenarias de La Arena, en las que había hasta liebres.
* Lo que ahora se denomina parking de los olivos (cada vez quedan menos, ya casi ninguno), que era una extensa poza o charca, se rellenó en ese momento. Eran tan grande que hasta la trainera de Zierbena entrenó allí.
NUNCA LA ARENA CAMBIÓ TANTO EN TAN POCO TIEMPO.
En los años 70 no existían los delitos ecológicos.
Hoy, sí, pero han prescrito. Y, si no, ya se cambiaría la ley, porque si hay algo que te enseña la vida, es que los intereses económicos pasan por encima de lo que haga falta. Ellos son la ley, aunque no la justicia.
Cuando EÑAUT BERASALUZE jugaba en Betiko Jokalariak, un club efímero, creado hacia 2006 y lleno de pelotaris top (hermanos Elkoro, Iñaki Unda, Jabi Artaraz, Asier Abiña, Eñaut Berasaluze...). Fue un honor y un regalo jugar en ese club, porque mi nivel estaba muy alejado del de todos ellos, y aún conservo intacta esa sudadera roja.
Eñaut era un genio del frontón, como su amigo y contemporáneo Mikel Goñi, cuyo abrazo mutuo y del que fui testigo en el frontón de Amorebieta jamás olvidaré, y como todos los genios, tuvo luces y sombras.
Yo no llegué a verle jugar a eskupilota, pero sí a pala y era espectacular, su zurda te llevaba a otro mundo. Ya no hay pelotaris así.
Lander Labajo, Rober Areizaga eta Jon Azanza "Belarri", Algortako Saniko Txapelketan. En la jaula de Saniko fui feliz durante unos cuantos años y conocí a gente maravillosa e inolvidable. Irrepetible. Rodeado de la casta de Labajo y de la espontaneidad de Belarri. Brutal. Un abrazo para Aritz Herce, Endika Intxausti, Iñigo Moral, el aitite, etc.
A su maisu, sí.
Una fotografía que me hizo feliz.
Siempre les recuerdo.
Aquello o era ir a trabajar, era ir a disfrutar de la enseñanza-educación.
Un clase que todo maisu quisiera tener.
Un libro muy gordo podría escribir con historias de un paraje natural, primero adulterado y, después, desaprovechado.
... Tina cogiendo magurios.
... Jacin bajando por el precipicio y cogiendo caracoles.
... La Piscina, La Isla, La Lastra...
... Los pulpos que se te adherían en los calcetines blancos.
... Aquellas mareas de algas y ese olor a salitre.
... El txapapote del Prestige.
... Los Covachones.
... Las culebras cayendo a las lastras.
... Las escaleras de Mantxu.
... Los nidos de piedra, los cuerpos al sol...
... Las poesías.
... El caminillo que llegaba desde la playa sobre el acantilado.
... Las puestas de sol, el ensordecedor ruido de las olas chocando contra el acantilado, los relámpagos sobre el mar...
... Las caídas en las piedras.
... Los 70 viajes por las escaleras subiendo sacos de algas al hombro.
... Escenas de películas nunca grabadas.
... Redeño, horquilla, cesto, linterna y pistola: las herramientas de un alguero.
... Nervios, tensión, rabia, llanto, agotamiento...
... Las maldiciones.
... La pandemia...
Tengo miles y miles de fotos para compartir. No quiero que se mueran conmigo. O empezaba ya, o no me iba a dar tiempo... así que...
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