miércoles, 13 de diciembre de 2023

Yo, minoría absoluta

Yo soy el culpable de dedicarle mi tiempo cada semana, para  volver  a ver lo mal  que juega, y también de creerle  cuando en septiembre me dijo  que  de horarios no iba a tener condicionantes ni pegas.
 
Yo soy  el  culpable de  darle la pala de 540 g y las pelotas amarillas, el pega palo berezi, el esparadrapo y la cinta negra... aunque  para  pagarlo dinero no trajera, y de  confiar  en que me haría el bizum que nunca hizo, a pesar de su  promesa.
 
Soy yo el culpable de  darle la llave  de la puerta que  él nunca  cierra, y también de no saber enfrentarme a sus dos caras  al  sol que más  caliente; igualmente soy yo el culpable de ser intachable  con  mi  dedicación extrema, porque ellos  todo lo hacen fácil con la boca  llena; ni siquiera leía mis mensajes, pero hay que  perdonarle, porque la  culpa  es mía  por  escribirles tanto, con tanto detalle, e informarles de lo que  se supone  que  a ellos es a quienes más interesa; de hacérselo fácil,  de   ponerles todo  en la mano un día y otro,  semana tras  semana, un mes  y el  siguiente,   ya no se sabe  ni  cuantos  años, nadie lo recuerda.

Yo soy  el  culpable de  que   equivocara   hasta el color de la  camiseta, de que  no vistiera gerriko, de que dejara olvidada la pala o de que la tirara de mala manera y la  rompiera.
 
Me recordarán por ser yo el culpable de pagar su  licencia, porque tenía vicios que eran prioridades, de regalarle las gafas y de no recordarle que  debía aún la  sudadera; soy  yo el culpable de aquel partido que perdió 25 a 12, porque no  le  concedí una estorbada supuesta, y no olvidó eso, pero sí sus 15 fallos de  bandera; yo soy también culpable de hacerles buenas fotos y esperar que  alguien me lo agradeciera.
 
Yo soy el culpable de que no pidiera un  tiempo a  tiempo, ni cambiara la pelota rápida por una  más lenta; también debo serlo de que  fallara  seis saques  y en uno ni a la pelota le  diera; yo soy  el  culpable de esto y de  todo  aquello que impidió que ganara la txapela.
 
Le pido perdón, pelotari, aunque ya sea un poco  tarde para  que  el  mundo condene mi errores y  alabe tu  saber estar dentro de la kantxa, tu educación y respeto, tu  compañerismo y tu grandeza. 


   ME QUEDAN TANTAS  COSAS DE DECIR...   

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