miércoles, 18 de septiembre de 2019

Desde Tapia de Casariego hasta casi Galicia.

Ruta muy  recomendable, sobre  todo  si os  salís  de la "Senda Costera de Tapia  de Casariego a la playa  de Penarronda" (GR-204 E-9) y,  como  hicimos  Amaia y yo,  atravesáis las playas, bordeáis  acantilados y  cruzáis maizales para no  separaros nunca del mar. Para  ello  es muy importante  planificar el  recorrido  coincidiendo  con las horas  en  que la marea   está  baja.
Nosotros, además, la  alargamos y nos  fuimos hasta  la playa de Arnao, desde donde   se puede  contemplar  de  cerca  el puente  de Ribadeo,  que  une Asturias y Galicia.
Y las apps que llevábamos nos marcaron 16 kilómetros  de ida. La vuelta también la hicimos  a pie, pero  casi  toda por los  caminos  que  marcaba la  "senda  costera",  que  era más  rápida y no nos llevaría tanto  tiempo, que  queríamos llegar a   cenar  en Tapia de Casariego. Con  todo,    anduvimos cerca  de los  30 kilómetros.

Partimos  desde el precioso puerto  de Tapia  de Casariego, subiendo  al Mirador Os Cañois, donde  habíamos  estado la tarde-noche  anterior, y  en el  nos hicimos  algunas  fotos. En  esa  acercamiento   se  contemplaba una panorámica  excepcional, faro de Tapia de Casariego  Muelle  del Rocín, incluidos.
El  fortín  de Os Cañois data  del  siglo XVIII,  cuando  el  rey Carlos III autoriza en  1780 la  construcción  de  este  lugar  estratégico de  fortificación  defensiva para  dar  respuesta  y frenar   a los piratas que  saqueaban la villa. Al  estar  sobre  el  acantilado, permitía controlar con  artillería la  ensenada del puerto y las muchas playas de su  costa, que  eran lugares  de fácil  desembarco y  acceso a  tierra  firme.

Contemplamos  su  coqueta  piscina  de agua  salada,  que,  casualmente,   estaba   cerrada por un  desprendimiento  de rocas... 
...y  seguimos  el paseo descubriendo  varias calas que afloraban con las primeras  horas  de bajamar: playa A Ribeiria, playa das Furadas, playa  del  Murallón o Maleguas, playa da Ribeiria y playa  de Anguileiro o Los Campos,  a la que  accedimos por unas  escaleras y peñas.
 Aproveché para  mostrarle  a Amaia  el hinojo marino (crithmum maritimun)... 
Itsas mihilua euskaraz.
... y las  caprichosas  erosiones  de las  rocas
Pincha  el enlace para  escuchar la música  que  comento

A  estas horas de la mañana,  con una plan  de  excursión tan  atractivo, en una playa  solitaria y  escuchando  "Born  Again" te dan  ganas  de bailar  como  si no  nadie te  estuviera mirando... y no  quedarse  como  estacas  aburridas, ¡pero mis ojos siempre  están   atentos!
Nos  descalzamos, cruzamos la playa y  accedimos  a una urbanización "privada" por unas  escaleras
Y miramos  hacia  detrás para ver lo que  habíamos  andado.

En  el  elegante jardín "privado" encontré  varias plantas  de Aeonium arboreum o Planta  del AireDondiegos  de noche,  dos  de las plantas que   conozco  desde niño, gracias  a que mi  tío Ipe (era jardinero) y  mi  ama Teresa eran  amantes  de las  flores y plantas.
Al  salir  de la urbanización "privada"  desechamos  acceder a la  "senda costera" y nos  fuimos  hasta  la punta  de  tierra, para  acceder  por un  senderito  entre brezos hasta  tener bajos nuestros  pasos la playa  de La Paloma.
Accedimos  como  si  fuéramos cabras y la  atravesamos,  recorriendo  sus  recovecos...
...para  salir por una pasarela y  continuar la  ruta...
Un  precioso  espino  albar (Crataegus monogyna), con  exuberancia de bayas, vigilaba la playa.
Elorri zuria, euskaraz.
Seguimos nuestro  avance viendo  calitas  que  se  descubren al  retroceder el oleaje, algún islote y  acantilados  donde  solamente   llegan los  más atrevidos y,  a veces,  kamikazes pescadores.



Y  siempre hay un momento para  reposar de tanto vértigo y mirar hacia  atrás,   donde Tapia  de Casariego y su faro  siempre   se ven  en la  distancia, cada vez  más  larga.
Castelo, Las Poleas, Punta Campón y Punta  Canlonga van  siendo superadas por  nuestras huellas... mientras  sigo  deleitándome  con las  plantas  silvestres  que  vamos  encontrando:
 Manzanilla  silvestre (Anthemis arvensis l.).  Kamamila

Madreselva (Lonicera periclymenum). Basoko  atzamarra

La playa  Serantes ya  está  a la  vista...
Mi plan  era bajar  a esta playa por las  mismas  rocas para nervios  de Amaia, pasar  desde ella,  aprovechándonos  de la bajamar,   a las  siguientes playas, SarelloA Mixota, ésta última nudista y, allí,  volver  a subir al  sendero  sobre  el  acantilado para  continuar la  ruta. Pero vamos por partes. Primero  mirad  estas  imágenes  de la playa  Serantes:



 Yo  siempre llevo   a mi pueblo  en  mi mochila.
En la  zona  norte  de playa Serantes  se conserva  una pequeña zona  dunar en la  desembocadura  del  río Tol  y  su  afluente,  el arroyo Péligos,  donde  encontré otra  bonita planta  silvestre,  típica  de las  dunas,  que también hay  en  Zierbena, la  azucena  de mar (Pancratiun maritumun)
Itsas lilipa, euskaraz.
 A pie  de playa Serantes  había un  chiringuito, "El Pirata", con  el  graffiti  de la imagen,  donde  tomamos un  refresco antes  de continuar.

De playa  Serantes    hasta la playa A  Mixota, pasando por Cala Sarello...

 Salimos  de la playa  por un senderito  abierto  en la  enorme  duna que hay  sobre la playa.
Y podemos  contemplar la playa de A  Mixota  desde  arriba,  mientras  nos  sacudimos la  arena  de los pies para  calzarnos y  continuar hacia  delante.



En  A  Mixota merecía la pena  quedarse, pero  estábamos  de ruta.
Durante un buen rato, mientras  caminábamos  hacia  delante,seguíamos mirando  hacia  detrás.

Pero  delante,  el paisaje también  es  espectacular con la Punta Picón y Las Islas Pantorgas.
Llegamos a la playa  Santa Gadea o  Ribeiria (¿por  aquí todas las playas  se llaman  así, o qué?),   a  la que llegamos  después de toda una  aventura  para  cruzar un  enorme maizal del  que  nos  costó  salir y tras  el  cual  nos  recibió un  grupo  de  simpáticas  cabras, que  alertaron  a su  dueño  de los intrusos  entre las  boronas.





 Sin  pretenderloerlo   pasamos  por  el Camino  de Santiago en algunos tramos.
 Ya muy  cerquita  de la playa  de Penarronda, pasamos  junto a la  ermita  de San Lorenzo.

 Playa  Penarronda con su islote  en el  centro.
 Selfie
Observo  el  entorno,  veo por  dónde bajar, que  quiero ir  al islote  a sacar una  foto  en  su ojo y, luego,  comer  en  algún lugar  de la  zona,  que parece  bastante  turística.
 Esta  roca  horadada  se llama  "El  Castelo"

Nos  detuvimos a comer en  este  restaurante  sobre la playa  Penarronda
Penarronda  tiene  forma  de concha,  es ventosa y  en  sus olas se practica  el surf
 Y  al  seguir  bordeando  los acantilados hacia Punta  del  Cuerno...
 algas  en las  calas


Alcanzamos  el punto kilómetro nº  10  de la "senda  costera", pero nosotros ya llevábamos  algún kilómetro más, al  apenas  entrar  en ella y sí  ir entrando y  saliendo por las playas y  acantilados.
Bromeo  con  el  cansancio. Un hombre  de pueblo es incansable.
Cruzamos un puente  sobre una laguna y vemos  el  borde  del  acantilado por donde  hemos  venido  en los últimos  kilómetros.

Otro kilómetro más, 11.
Y otro más,  12.


Ya hemos  sobrepasado la  zona  del  Campo  de Tiro, la Punta  del Torco y llegamos a un  faro  desde donde  se ve  Ribadeo (Galicia) ya,  que  creo  que  se llamaba Punta  de la  Cruz.

Según van  cayendo  los kilómetros, las piernas  andan más rápidas y nos presentamos  enseguida  en la playa  de Arnao, junto a la que hay una  zona  recreativa,  desde donde  se ve perfectamente  el puente  de Ribadeo  al  fondo (estará  amenos de dos kilómetros).

16 kilómetros de ida y...  ¡ahora  hay  que  volver hasta Tapia  de Casariego!

Tras   disfrutar  de un helado y  unos  regalices  rojos, emprendemos la  vuelta siguiendo  el  camino  de la  "senda  costera", por  el que  se avanza más rápidamente. Pasamos por este    hotel  de piedra
Cerquita de  esta  zona, donde ahora  está  situado  el  campo  de tiro,  durante la guerra  civil, se  construyó un campo  de prisioneros  de guerra,  sobre todo  mujeres y niños,  llegando a  haber más  de 300  en  sus  tres barracones.
En nuestro  camino  de vuelta,  sobrepasamos  el Restaurante Parajes,  donde habíamos  comido, y mientras saco  a Amaia  una  foto  entre estas  dos  señales que indican las  direcciones  a cuatro  de las playas  por las que habíamos pasado antes... ¡¡SORPRESA!!

 Nos  encontramos  con una carranzana con casta, GEMA

En la  vuelta  me gustó el jardín  de una  casita...
Este  Dondiego  de noche era absolutamente  español...

A  este  antiguo lavadero ya no llega ni una  gota  de agua...
Lugares  con tradición  e historia
Cierres o vallados originales...
Aurrera gelditu gabe,  cuando ya   llevamos  veintitantos  kilómetros  andados...
Al llegar   a playa Anguileira,  que la habíamos  cruzado  por la mañana al poco  de comenzar la  ruta,  tuvimos que  bordearla porque ya había  subido  bastante la marea.
Y llegamos a   Tapia  de Casariego (salida y meta)

A  ducharse y  a cenar  al puerto  de Tapia  de Casariego...
Despido  el  reportaje  con la  foto   esta  que   había  en un  cartel  al  subir la duna en la playa  de A Mixota.

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