Por fin, tras dos derrotas iniciales, EGOITZ--ANDIMA sumaron su primera victoria. Se les había escapado una semana antes en Igorre, donde perdieron 25-23 después de ir ganando 20-23. El sábado, frente a la pareja de Alaitasuna-2 de Bakio no lo tuvieron nada fácil. Durante casi todo el partido estuvieron perdiendo y no pintaba nada bien.
La pelota amarilla fue determinante, en mi opinión. Con las blancas, los de Bakio eran mejores, resolvían mejor los tantos, el juego estaba controlado por los azules, con Gorka Ayo muy seguro en la zaga y con Ioritz Uriarte bastante dinámico y acertado en la delantera. El partido era muerte segura para los de Galipa, y la pelota amarilla fue lo que cambió el resultado final.
La pelota blanca era la que más le gustaba a los de Galipa, pero era con la que mejor jugaban sus rivales. La pelota amarilla era la que menos gustaba a los de Galipa, pero era la que pedía el partido, porque era la que peor les iba a sus rivales. Con la amarilla, Andima Ormaetxe estaba incómodo, incluso más que Gorka Ayo, pero el de Mungia fue cogiendo el bote y el toque y acabó dando buenos zapatazos a la pelota amarilla.
Entre los delanteros, Uriarte se desactivó con la amarilla. Con la blanca le estaba comiendo la tostada a Egoitz, que ya sabemos que te remata lo que debe y lo que no debe. Y te mete tantos espectaculares, pero te regala unos cuantos innecesarios. Con la amarilla y la potencia de derecha de Egoitz, Ioritz Uriarte estaba muy descolocado, no encontraba pelota buena y tenía que defender o entrar a pelotas complicadas.
Total, que lo que parecía encarrilado para Alaitasuna, fue cambiando y al final, los colorados consiguieron darle la vuelta al marcador.
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