jueves, 25 de abril de 2019

Reflexiones ilustradas de un hombre de pueblo (Zierbena ) - 3ª parte

Los hombres  de pueblo también piensan, porque  en los pueblos el  tiempo parece ir más  despacio, suele    haber menos  ruido, menos prisa, menos gente..  es  decir,  mejores  condiciones para  ponerse a pensar.  Los hombres  de pueblo  también pensamos,  sí,  aunque   haya  gente que  se cree más  preparada e importante que  nos  suele tratar  como  si, por  ser  de pueblo,  fuéramos personas  de bajo perfil. En  realidad, para pensar no  hace falta  ser  de familia   adinerada, ni  vivir  en un palacio, ni vestir trajes elegantes,  ni  comer  en   caros  restaurantes... A mí me gusta  escuchar  a  los hombres  de pueblo cuando hablan, me gusta ese brillo que desprenden  de sus  ojos  cuando alguien les pregunta  con interés, me gusta  esa emoción  con la  que     hablan  del pasado,  de sus  recuerdos,  de su  niñez.  Es más, he  de decir que llevo  más de 50  años yendo  a la  escuela, pero de quien mejores lecciones   de vida he aprendido ha  sido  de los hombres  de pueblo.  
Curiosamente, unos  le dicen "Árbol  del  Amor", pero otros le llaman  "Árbol  de Judas". Es  decir,  como  la vida misma, es  muy  difícil  ponerse  de acuerdo en algo.
Tiene  las hojas  en forma  de corazones y las  flores,  que  le  salen  en primavera  antes  que las hojas,  rosas. Es un árbol  muy bello y,  sin embargo, parecen pasar desapercibidos pese a ello, porque  siempre que pregunto a la gente   a ver si  conocen  su nombre, nunca nadie lo  sabe.
Éste rebosa  esplendor en el Monte Serantes, al lado  de unos bancos vacíos, excelente  lugar  para  sentarse  a pensar. 
Cuando  te  encuentras un obstáculo  en el  camino debes  elegir qué hacer, por dónde  seguir... pero,  si  eres  de pueblo,  al  final,  vayas por  donde vayas, siempre  llegarás  al mismo  destino.
Un  hombre  de pueblo  se  sentó  en un arroyo y  estuvo contemplando la sabiduría  del  agua, que cuando  encuentra un obstáculo  en el  camino no  se  para  a  enfrentarse  a él,  simplemente lo  esquiva y   sigue  adelante  en  su  camino.

Los hombres que no  son de pueblo... le llaman PROGRESO.
Dudo  que los hombres  de pueblo piensen lo mismo.
El mar/la mar... tampoco.
Y a  esto le llaman  estado  del bienestar. Pero nadie  supo decir   de qué  se ha muerto el  árbol.
Un hombre  de pueblo  dijo... "de pena,  seguramente".
Y  todos  se rieron.

Pues, sí,  era verdad lo que  decía  el cartel,  había peligro  de incendio.
Afortunadamente, la naturaleza ha  sido más rápida  en florecer que  los hombres de oficina  en  reponer el cartel.

Cuando respetas la naturaleza,  es ella quien te  da luz a  ti.


El Barbadun tiene un fantasma  que  se  esconde entre  sus  aguas.

Seguí caminando,  seguí buscando, pero  todos los bancos  seguían vacíos...
hasta  que por  fin...
...encontré  a alguien  que  se sentaba  a pensar.

Una vez leí  que  sí que  cuesta  alcanzar  la  cima,
pero que el  esfuerzo merece la pena, porque  la vista  desde la  cumbre es siempre más bonita.


Si quieres leer más reflexiones  de un hombre  de pueblo pincha en los  enlaces  siguientes...

1.-  https://haixeder.blogspot.com/2019/04/reflexiones-de-un-hombre-de-pueblo.html

2.- https://haixeder.blogspot.com/2019/04/reflexiones-ilustradas-de-un-hombre-de.html


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