Haixeder: julio 2018

En un lugar de Bizkaia llamado ZIERBENA, hace 35 años, hicieron un frontón de plaza libre adosando una pared a la ermita de San Inazio de Loiola. En este barrio galipo de apenas 200 habitantes llamado Playa La Arena, ¡ya había otros tres frontones!, los tres diminutos, los tres en mal estado, pero a los que los niños de una generación irrepetible del barrio llevaban años yendo a desafiarse con una pelota que traía la marea y un trozo de madera recortado con el hacha.

Pasaron los años, algunos crecieron, otros se hicieron viejos y los menos afortunados... se fueron.

Ya dijo Machado que no hay camino, que el camino se hace al andar. Pues, muchos pasos se han debido dar para que en una tarde como la de ayer, en las semifinales de este Torneo Maloka que viaja de boca en boca, hubiera hasta 500 personas siguiendo los partidos.

¿Qué pensarán los puretas de la pelota vasca? Esos sabios gustosos de decidir lo que vale y lo que no vale en este deporte, lo que es pelota y lo que no. ¿Cuánta gente llevan ellos a los frontones? Seguramente, menos que dinero a sus bolsillos.

Hay dos maneras de jugar el Maloka: yendo a buscar la victoria o esperando a que la victoria venga a ti. Las dos son respetables, sí. Pero una, la primera, levanta más aplausos y suma más seguidores que la segunda.

A veces, los mitos tropiezan, pero no se caen.

No importa cuan grande sea el frontón, no importan las armas que tenga el enemigo. Yo estoy aquí, y no he venido a rendirme. Quizás, mis rivales, al mirarme, me vean como un gigante a mí.

DEL HORNO--OSKAR 10 / 09 / 10 / 10

PLAZA--SARRIA 07 / 10 / 07 / 05

Un elegante juez, José Ángel Pérez, y una de las chicas del Maloka, Dane, hicieron el paseillo con los semifinalistas de la primera eliminatoria de la tarde.

Cuando se inició el torneo había tres parejas favoritas para llegar a la final y no ha habido sorpresas, sólo sorpresitas, y ellos, Plaza--Sarria son la pareja que ha completado las semifinales. Es para sentirse satisfechos. No es justo decir que podían haber hecho más. Han estado donde unas cuantas parejas querían, pero ninguna de ellas ha podido llegar.

¿Podrían haber ganado ayer Plaza--Sarria? Sí, posibilidades siempre hay en deporte. Y perdieron el primer joko, pero ganaron el segundo, siendo dominadores del mismo. ¿Qué les faltó? No sé. Suerte, más acierto, más físico... o igual no les faltó nada y lo que pasó es que les sobró el enemigo. Plaza--Sarria son una muy buena pareja, incluso aquí, en el Maloka. Pero Del Horno--Oskar ya encadenan tres finales consecutivas entre 2016 y 2018 (Del Horno encadena ya cuatro con la que ganó con Rober Areizaga en 2015). No estamos hablando de que a Plaza--Sarria les ha ganado cualquiera. La puerta de la final se la han cerrado Del Horno--Oskar.

"Ahal da!" (se puede) le decía Iker Sarria a Igor Plaza. Ese es el espíritu. Y si no se puede, al menos, hay que intentarlo. Y ellos lo intentaron con respeto a sus rivales, con intensidad, con dignidad. Había 33 parejas optando a una plaza en semifinales. Plaza--Sarria han sido los mejores de esas 33 parejas. Sin aspavientos, sin generan un sólo problema a la organización, sin aburrir a nadie.

La cabeza alta, Iker. Zorionak por vuestra actitud y por vuestro torneo.

Con permiso de Asier, me atreveré a decir que Oskar Medina fue el mejor del partido. Ya sé que la magia la pone Del Horno, pero el mérito ayer estuvo en Oskar, incansable, con dos piernas que no cesan de corre de lado a lado, liberando a Del Horno de esfuerzos que se pagan después. Oskar nunca pega para llevar la pelota a buena, pega para dominar el tanto, en cada uno de sus golpes lo deja todo, y no desfallece nunca. Por donde pasa van cayendo enormes y continuas gotas de sudor que chocan contra el suelo, pero él no choca nunca, su fortaleza lleva en palmitas a Del Horno. Oskar prepara el terreno, lo alisa. Del Horno es el ejecutor.

Suman mucho juntos. Ahí está la clave. Uno tiene poder en defensa. Otro es poderoso en ataque. Sólo son dos, pero tienen las armas de todo un ejército y han vuelto para conquistar el Maloka.

Nadie tiene tres Maloka. Del Horno puede ser el primero en conseguirlo.

Va a tener que seguir sufriendo para ello, pero está dispuesto. Sabe adónde ha venido.

Del Horno y el Maloka tienen un idilio. Asier ha jugado cinco de los seis Maloka. Ha alcanzado cuatro finales. Ha ganado dos. Puede ganar la tercera mañana. Ha sido reconocido como el mejor jugador tres años consecutivos.

Si sumamos los tantos de los cuatro jokos, 39 tantos para los colorados y 29 tantos para los azules. 68 tantos necesitaron jugar Del Horno--Oskar para alcanzar la final. Son bastantes tantos, lo cual habla muy bien de sus contrarios. Cifras parecidas a la semifinal del 2017 contra Garzon--Sobreti (de Mungia también), con quienes disputaron 69 tantos en una semifinal apasionante y un final apoteósico cuando Del Horno encadenó 7 tantos seguidos y levantó un 09 a 03 en contra en el cuarto y definitivo joko.

LEO--ROBER Q. (CUADRA) 10 / 07 / 08 / 06

TRIJUEKE--A. HUESO 04 / 10 / 10 / 10

Era otra semifinal apasionante, con difícil pronóstico, que solamente se decantaba dependiendo de en qué pareja tuvieras tu jugador más cercano. Gran ambiente en las gradas, con más seguidores de los azules, o, al menos, más ruidosos.

La semifinal en sí no defraudó, pero tuvo momentos sin chispa, de mucho peloteo. Eran cuatro excelentes pelotaris, que pueden jugar cómo deseen, y ayer escogieron estilos diferentes. Los colorados estuvieron conservadores, demasiado si tenemos en cuenta la calidad que atesoran. Los azules fueron al ataque y Aitor Hueso se doctoró en el Maloka. Él decidió la eliminatoria. Él puso el nivel muy alto, altísimo, porque fue capaz de eliminar a Leo--Rober Q (Cuadra) jugando al ataque. Maravilloso estuvo el de Kabiezes. No parecía posible vencer atacando a dos defensores sobresalientes como Leo--Rober Q (Cuadra). Hueso lo consiguió. El graderío del Maloka se puso a sus pies. Querían espectáculo y Hueso les dio espectáculo.

Rober Q (Cuadra) es un pelotari excepcional. Juega como si no tuviera que esforzarse. Es rápido, hábil, maneja dos manos... tiene mucho a su favor. Pero creemos que se equivoca en su planteamiento. Juega a no perder, juega a que el rival falle, o a que se aburra de no encontrar huecos donde hacerle un tanto. Sus golpes son de maquinaria de reloj, le sobran las 3/4 partes del frontis, todos van a un lugar apropiado, pero sin más. A mi entender Rober Q (Cuadra) tiene capacidad y calidad para mucho más que eso. No recuerdo que se jugara un solo tanto en toda la eliminatoria, en los cuatro jokos, en casi hora y media de juego. Solamente recuerdo un semi intento de bajada de pelota, bonito estéticamente, pero sin arriesgar casi nada.

Este planteamiento suele funcionarle. Es verdad. Porque aquí arriesgar es peligroso y Rober Q (Cuadra) lo sabe. Casi nadie tiene tanto control del juego como él y eso, al final, se impone casi siempre. Siempre llega lejos, pero esa forma de jugar no termina de gustar. La gente pide atrevimiento.

En esta edición Rober Q (Cuadra) venía con Iñaki Leonardo. Un pelotari que impactó en su primera aparición aquí en 2017. Eta agresivo como nadie. El riesgo era la esencia de Leo. A mí me parecía la pareja a batir este año, la verdad. Si Leo jugaba con ese desparpajo y Rober Q (Cuadra) era el de siempre, ¡tela!, no veía manera de doblegarles.

Y lo que la gente ha visto es que Rober Q (Cuadra) ha seguido fiel a su estilo y que Leo se ha contagiado de él, excepto en los partido en los que el nivel de sus rivales era bastante menor al suyo.

Leo ha hecho llorar a la pelota, sí, lo sé. Pero pegando al centro del frontis. Ahí impresiona su poderío, pero no suma tantos.

¿Qué le ha pasado a Leo? ¿Por qué ha pedido su esencia de killer? ¿Ha pesado en exceso la responsabilidad de jugar con un compañero seguro, de esos que cubren todo y no tiran nada? ¿Ha tenido miedo de arriesgar y perder? No lo sé. Pero esta opinión que doy, mía, no es sólo mía, es bastante generalizada. Nos hubiera gustado ver al killer de Sondika tal como le conocimos el año pasado. Sus golpes eran indefendibles, abrumadores, letales... Leo no está hecho para defender, aunque defiende como nadie, está hecho para atacar. Es su esencia.

No podemos saber si Leo--Rober Q (Cuadra) hubieran ganado si ponen en juego el potencial de ataque del de Sondika. Eso es conjeturar. Pero nos habría gustado saberlo. En ese caso, esta semifinal, además de exigente e intensa habría sido aún más espectacular. Seguro.

En el primer joko los colorados (Leo--Rober Q) ganaron con cierta solvencia, 10 a 04. Eso les reafirmo en que su estrategia de jugar a no perder pelotas era la correcta. En cierta manera es absolutamente lógico que lo creyeran. Habían puesto cuesta abajo su camino a la final.

Pero los azules también tenían estrategia. Tras perder el primer joko, hablaron y cambiaron sus posiciones. Y la gente pensó que se equivocaban, que era fruto de la frustración y que iban a entregar la cuchara. No fue así.

Trijueke fue un seguro atrás, no perdía pelota y no entregaba pelota a Leo. El muskiztarra mostró un saber estar y una mentalidad muy fuertes. Le miró a Rober Q (Cuadra) y pensó: voy a imitarte. Y lo hizo, pero superándole. No parecía posible, pero fue posible.

Aitor Hueso debió pensar. Si vosotros no queréis hacer tantos, ya los hago yo. Armó su derecha. Armó su zurda. Puso motor a sus piernas. Llenó su depósito de gasolina super y atizó a los colorados con latigazos que fueron castigando los riñones de Leo y las piernas de Rober Q. Hueso fue a por el partido, decidido.

Los colorados se defendían como leopardos. Sí, claro, son también muy buenos en eso, pero Hueso insistía una y otra vez y acertaba más que fallaba. Hueso encendió al graderío, lo puso de su lado, levantó a la gente de sus asientos, hizo que disfrutaran y aplaudieran a rabiar.

Con Hueso convertido en tiburón hambriento, los colorados fueron entregándose, lentamente, sin cambiar un ápice su estilo, fieles hasta el final. Esta vez esa estrategia les dio la espalda. O, tal vez, no. Perdieron porque Trijueke--A. Hueso dieron la cara.

Cayó el tercer joko, el más importante, porque ponía en franca ventaja a una de las dos parejas en una eliminatoria que estaba siendo muy dura física y mentalmente. 10 a 08. Después 10 a 07. Y, finalmente, 10 a 06. Pensé que los colorados reaccionarían, que cambiarían de plan, pero me equivoqué.

Trijueke--A. Hueso ganaron siendo mejores. Merecen disputar la final a Del Horno--Oskar. La disputarán mañana. ¿Pueden ganar? Mañana lo sabremos.

FINAL

Martes, 31 de Julio, 19 h

DEL HORNO--OSKAR TRIJUEKE--A. HUESO

OTRAS IMÁGENES de la TARDE...

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