...hoy
quisiera no tener que existir,
saber evitar estar así,
y no sentirme rodeado y
aislado, al mismo tiempo.
...hoy no quisiera ocupar mi tiempo
mirando al mar,
y
querer arrebatarle la fuerza de sus
olas;
quisiera
estar en la cumbre de un monte,
sentirme
cerca de las nubes, tocarlas con mis dedos,
sentarme
a descansar en ellas y dormirme;
moldear
desde ellas este mundo
que
es tan simple y difícil a la vez.
...hoy quisiera cerrar mis ojos
y
poder caminar invisible entre la gente,
no
tener miedo en cada paso,
no
mirar asustado ni atrás ni alrededor,
y
quisiera no saber pensar, no pensar, no sufrir...
...hoy quisiera ser una gaviota
para
poder volar al cielo y desahogarme;
y
quisiera ser una bella flor, llena de aroma y alegría;
quisiera
ser elegante y frágil mariposa,
sobrevolar
tus pasos, detenerme sobre ti,
contemplarte
sonriente día y noche.
...hoy quisiera vivir feliz y
no soñar,
y
quisiera, sobre todo, que al mirarnos
tú
no me vieses triste
y
yo no te viese triste.
...hoy quisiera estar lejos de aquí,
contigo
y
que tú también quisieras estar lejos de aquí, conmigo,
por
que juntos estamos bien los dos
y
al despedirnos empezamos a recordarnos,
a
echarnos de menos y a pensar uno en el
otro.
(Es
bonito porque siempre estamos juntos sin estarlo)
“¿Por qué me miras?”
Te miro a los ojos y tú
me preguntas porqué
y
es porque quisiera dedicarte la frase más bella;
aquella
que aplacase la ira de un volcán
y
guardase la sensibilidad de Bécquer;
¡ay qué gran poeta!;
aquella
que hiciese estremecer tu cuerpo,
sonrojar
tu piel
y
hacerte sentir la más feliz de las princesas;
aquella
que transmitiese en sus palabras
todo
lo que tú me haces sentir cuando conmigo estás
y
todo lo que yo siento cuando de mi te alejas;
aquella
que te hiciera sonreír y darme un beso
de
esos que tú no das,
de
esos que, cuando estás enamorado,
tanto
se necesitan y tanto se desean.
Pero .......¿cómo podría yo inventar
una
frase que no habite ya en esta tierra
si
antes que yo ya existieron Tagore, Machado,
Jesucristo, Lord Byron, Shakespeare, Séneca…?
Y cuando tú me miras
no
sé ni cómo puedo hablarte,
porque
esos ojos tuyos resplandecen tanto
que
a mi me paralizan, me encantan,
me
nublan, me enloquecen, me ciegan…
por
eso hoy, a tus preciosos ojos claros,
yo les brindo este humilde poema.
Cuando alguien te ama...
…su forma de mirarte es diferente,
…su nombre no le suena igual cuando tú le
llamas,
…no importa adónde vaya, tan sólo le
importa ir contigo,
…siempre te espera cuando tú no estás con
él,
…cuando se pone a pensar siempre piensa en
ti,
…si te ve triste, no puede sonreír aunque
lo intente,
...al decirte “te quiero” se siente
avergonzado y herido si tú no se lo dices también a él,
…al verte llegar sus ojos miran con otro
brillo,
…cuando le habla a alguien de ti, se nota su amor en sus
palabras, en su expresión, en su corazón, en su mirada…
…ningún tesoro es importante para él,
porque él siente que su único tesoro eres tú.
Cuando alguien te ama…tú lo eres todo para
él, y todo lo demás para él es…nada.
Hablar contigo
Hablar contigo me ha hecho
olvidar
(no sé qué, ciertamente, pero algo) y estoy mejor.
Me he quedado
viendo una película de guerra
(siempre he sido enormemente
pacífico pero…a veces,
la adrenalina hay que expulsarla
de aquellas maneras que se ponen en tu mano).
Así,…
han pasado otras dos horas de este martes
(que parece lunes, pero que ya es
miércoles),
y ahora me enfrento a una noche
de oír cómo sopla y silva el
viento norte en mi ventana.
Mirando desde mi
ventana
Horas muertas de invierno largo y frío,
que tras los cristales de mis ventanas,
contemplando el mar, vivo y no vivo
evocando recuerdos que nunca se acaban.
Mar agitado, mar en calma
que, a veces, me parece verde
y que, a veces, me parece gris oscuro;
como pasa con los corazones tristes,
que unas veces tienen esperanzas
y otras, tan sólo, dolor por el amor absurdo.
Miro, miro desde mis ventanas,
buscando el horizonte que no alcanza mi mirada,
cansada ya de tanto mirar y no ver nada.
Miro a la gente que pasa
escondida en su abrigo y su bufanda,
miro a los perros que pululan desnudos,
a los coches que frente a mi casa aparcan,
a las banderas que ondean infatigables,
al reloj de luz roja que hay junto a la playa
y que marca el frío del invierno y las horas que no pasan,
miro a las olas que golpean incansables en los acantilados
y a la espuma que tras golpearles salta;
miro durante la noche y miro durante el día,
miro las nubes del cielo, miro la lluvia caída,
miro la arena de las dunas que en silencio avanza,
miro las luces encendidas de madrugada,
miro y recuerdo mil recuerdos a distancia.
Entonces, dejo de mirar y cierro los ojos
para imaginarte sonriente como cuando yo te miraba,
le lanzo un beso a la luna
y le pido que le pida al viento que lo lleve hasta tu casa.
No sé dónde estás...
No sé dónde estás, ni si está lloviendo........
pero iría arrastrándome a buscarte;
aunque muriese de frío en el camino
porque estando lejos de ti,
respiro
pero yo no me siento vivo.
No sé dónde estás ni si ya está de noche,
pero iría arrodillándome hasta encontrarte;
aunque me desangrara en el camino
porque estando aquí sin ti,
descanso
sentado en una silla cómoda
pero me siento casi muerto,
de amor gravemente herido.
No sé donde estás ni si un día leerás esto que hoy te escribo,
pero invento estos versos para ti, laztana,
porque queriéndote a ti con
todas mis fuerzas
para ti no parece suficiente
este amor sincero,
dulce, amigo, platónico, cariñoso, pasional y enloquecido,
Te podría decir adiós
Y, quizás, a ti de este
peso liberarte;
pero a mi me he haría un daño gigantesco,
irreparable, infiel y furtivo.
Soportaría resignado que tú
fueras feliz;
aunque yo no lo fuera
pero mi esperanza es serlo
contigo.
No sé dónde estás ni adónde marcharás ahora,
pero yo me iría en tu bolsillo escondido,
para no molestarte nunca
pero para verte a cada instante.
Igual quieres que te deje en paz y que me marche,
que busque sin ti otro camino;
yo lloraría caminando sin ti, amorcito,
lloraría a escondidas para que tú no lo supieras,
para que tú mal no te sintieras,
haría que la apariencia te engañara
y que te dijeran que ya de
ti ni me acuerdo,
que poco a poco, te olvido,
Me iría quizás lejos
me iría no sé cómo, ni cuando, ni con quién,
pero me iría y no pondría más piedras en tu camino.
¡Joder, qué triste estoy!,
al darme cuenta que te quiero como yo nunca antes he querido
¿Quieres saber cómo estoy cuando pienso que no estaré contigo?
Si estuviera aquí a mis pies el acantilado
me arrojaría ahora mismo;
ya nunca tendría esperanzas;
ya nunca volvería a ver tu sonrisa dulce
ni tus preciosos ojos azulados;
ya nunca me darías la mano,
ni un abrazo, ni un beso enamorado;
ya nunca estaría contigo,
pero es que cuando pienso que nunca estaré contigo,
y mientras se me caen las lágrimas sobre el teclado,
estoy mal, estoy desesperado;
siento ese nudo en la garganta,
ese temblor en mis manos,
ese frío en mi cuerpo,
la oscuridad en mi corazón desgarrado.
No sé donde estás y por eso, solo por eso,
es por lo que no salgo corriendo y voy a tu lado;
a tirarme a tus pies, a suplicarte desconsolado.
Si tú sabes que yo te quiero más que nadie
¿porqué tú no vienes a mi lado?.
Y es que soy insignificante sin ti,
porque me siento nada,
porque me siento nadie,
acaso un prisionero, un cautivo,
un caminante sin camino.
Si no quiero caminar sin ti,
¿sin ti, adónde camino?
Si sólo quiero mirarte a ti y tú no estás...
¿al abrir mis ojos, adónde miro?
Si sólo quiero abrazarte y llorar........
lloro sin abrazarte porque tú no estás.
No sé donde estás.................pero si lo supiera iría ahora
mismo,
aunque reventase de tanto andar,
aunque tuviera que ir descalzo y desnudo,
aunque me escupiera el ética al pasar,
aunque me pisarán, golpearan y derribaran como un enemigo,
aunque me costara la vida,
saldría a la calle y correría para ir a tu lado
si tú quisieras vivir conmigo.
No tengo sitio en este mundo sin ti,
no tengo mundo sin ti,
estoy derrotado, absolutamente perdido.
¿Por qué permites que viva así?.
Ven, clávame un cuchillo;
me harías mucho menos daño, amor mío,
porque tú no querrás matarme, lo sé,
pero me sin ti yo me siento más muerto que vivo.
Silencio y soledad
Silencio que callado habla,
soledad de corazón y de alma,
oscuridad de día
y oscuridad de noche clara,
sentir que...
¿por qué sentir que entre todo se es tan sólo nada?
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