martes, 17 de septiembre de 2019

Muralla de Lugo (vuelta entera)

Al llegar  a Lugo me  encontré  con otro hombre  de pueblo y le pregunté: 
--"Buen  amigo,  ¿qué merece la pena hacer en tu  ciudad?"
Y él, muy  seguro, me  respondió: 
--"Súbete  a la muralla  por enfrente  de la  catedral  y  da la  vuelta entera".
Las  imágenes  de la  salida.

Lucus Augusti (Lugo),  en el año 13 a. C. fundada  por Paulo Fabio Máximo, magistrado  romano (hermano  del  cónsul  africano Fabio Máximo), que  fue  enviado por el  emperador  Augusto para tratar  de anexionar definitivamente  el noroeste  de la Península Ibérica al Imperio Romano,  fue  dotada  de un muro  de defensa que ha perdurado, con  escasas reformas, hasta la  actualidad.
Las  estatuas  de Paulo Fabio Máximo (izquierda) y César Augusto en la Plaza Mayor  de Lugo.

La muralla  romana  de Lugo,  con una longitud de más  de  dos kilómetros, coronada con más  de 80 poderosas  torres,  delimita  el casco histórico de la  ciudad y ha pasado  de  ser un obstáculo para su  evolución y crecimiento a  ser un monumento integrado en la  estructura urbana y fuente  de  riqueza histórica.
Por  eso, los lucenses  están  muy orgullosos  de su muralla.
La muralla  tiene 10 puertas que unen las  dos partes  de la  ciudad y su paseo  de  ronda (adarve) se ha  convertido  en una calle más, que  es  recorrida por los  viandantes autóctonos y también por los  visitantes  como Amaia y yo.
La muralla  romana de Lugo  fue  declarada Patrimonio  de la Humanidad por la UNESCO en el  año 2000 y está  hermanada desde octubre  de 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao.

Fue un tal  Vitruvio  el ingeniero  romano  que la  diseñó y  perdura  después  de más  de  17  siglos. ¡Casi nada! Dentro  de la muralla  entrarían unos  30 campos  de fútbol. La  anchura  de los muros  supera los 4 metros,  alcanzando  en  algunos puntos hasta los  7 metros  de  espesor. 46 de las más de 80  torres originales  se   conservan intactas, mientras que hay  restos  de la mayoría  de las casi  40 restantes
Originariamente  tenía  solamente  5 puertas (Porta  Miñá, Porta Falsa, Porta San Pedro, Porta Nova y Porta  de Santiago). Se cree que Porta Miñá y Porta Falsa  fueron las  dos primeras y  que las otras tres fueron posteriores. Entre  1853 y  1921  se abrieron otras  cinco puertas por necesidades de la  expansión  de la  ciudad (Porta San Fernando, Porta La Estación, Porta Obispo Izquierdo, Porta Obispo Aguirre y Porta Obispo Odoario). De las  diez  actuales, seis  son peatonales y cuatro permiten  el  tráfico  rodado. 
Por la Puerta de San Pedro entraban las  calzadas  romanas XIX y XX, procedentes de Asturica Augusta (Astorga) y Braccara Augusta (la  actual Braga portuguesa). Por la Porta Nova  se  enlazaba  con Brigantium (Betanzos) y por la Porta  Miñá se iba a Iria Flavia (Padrón), mientras  que por la Porta Falsa se iba  hacia la  costa lucense.

Las puertas  de madera que permitían  cerrar  el  acceso permanecieron hasta la  segunda mitad el  siglo XIX. Hasta bien  entrado  el  siglo XX  se mantuvo el control  del tránsito con unas  casetas (fielatos). Antiguamente,  se  cobraba  el impuesto  de portazgo y  se  realizaba  el control  de personas  que  entraban y  salían del  recinto.

Cada puerta  tiene  su propia historia.
Alrededor  de la muralla hay  edificios más modernos. Hubo  unos  30  edificios pegados o  adosados  a su exterior, pero  en  1971 se inició  el Plan  conocido como Operación Muralla Limpia para salvaguardar la  muralla.
La  muralla  romana  de Lugo  es la única  del mundo que  se  conserva  entera.

Amaia no  conocía la  muralla  romana  de Lugo. Yo sí  había  estado, una vez, al igual  que la Praia  de As Catedrais, la pude visitar  cuando  con mis  15  alumnos y  alumnas  de Karrantza  participé en el proyecto  de Escuelas  Viajeras hará  ya  más de dos  décadas. En  aquella ocasión  solamente  vimos un  poquito de  ella, lógicamente.  Esta vez  queríamos  recorrerla  entera. Lo hicimos, pese  al  sol y calor  sofocantes.
La muralla  romana  de Lugo  encierra un misterio  aún  sin  aclarar. ¿Qué razón  había para  que incluyera  en  su  interior  zonas de  descampado y  dejara  fuera  otras  zonas  habitadas?   Existe la  teoría de que podía  haber un  bosque,  que  consideraban  sagrado y que lo quisieron preservar y  proteger.  ¿Será leyenda o  realidad?
En esta  zona de la  muralla  encontré una moneda  de  5  céntimos.
Fue  una  bonita  experiencia  recorrer la muralla  de Lugo, darle la vuelta  entera,  a pesar  de calor que hacía.  Amaia y yo  recordamos  cuando  hicimos lo mismo,  con más  calor  todavía, en Ávila hace  ya unos  años. 
Durante  todo el  recorrido  disfrutamos  de   buenas  vistas,  edificios atractivos dentro y  fuera  de la muralla,  de los que  os pongo  algunas imágenes  al  final  de  este  reportaje,  al igual  que  de cuando paseamos por  dentro  de las calles  de la muralla.
Así  de grande  debería tener yo la  cabeza para poder  conservar mejor  en ella  todos los datos y  recuerdos que  voy  acumulando  a lo largo de mi  vida. En la mía noto que  todos no me  caben ya. 
Agur, Lugo! Quizás,  ya nunca  más pueda  volver  a  tu muralla. Pero  si  volviera,  me gustaría dar de nuevo la  vuelta  caminando  sobre  ella. Y  con  Amaia,  si ella quisiera  acompañarme.




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