viernes, 13 de septiembre de 2019

De Barayo a Navia

La  costa  de Asturias  es un paraíso natural y no  está lejos  de Euskadi. Hoy os hablaré  de  esta preciosa ruta costera, que Amaia y yo  adaptamos a nuestro  antojo, saliendo  del aparcamiento de Otur,  al Este de la Playa  de Barayo, hasta la localidad  de Navia, recorriendo algo más  de 20 kilómetros por parajes  espectaculares y  siempre escuchando  el rugir de las olas del mar, oliendo  su  salitre y gozando  de las  vistas.
Marcada  como  senda  costera desde 1988 por el grupo  de montaña  de Peña Furada, Amaia y yo la modificamos  en  el inicio, porque  queríamos  cruzar la preciosa playa  de Barayo,  bajando  a  ella por  su parte  oriental y  subiendo tras  andarla  entera por su parte occidental, para  llegar  al  pueblo  de Vigo y, desde allí,   enlazar  con  la  senda  marcada hacia  el kilómetro  4. Estos kilómetros  iniciales me parecían más  atractivos que los  de la  senda oficial.
Este  fue  el tramo  que hicimos en  el inicio,  el marcado  en  rojo, y  creo  que mereció la pena.
La playa  de Barayo  es  salvaje, su  arena  es  muy fina y de tonalidad oscura y  tiene una  duna  enorme, paralela  a la mar,  que  avanza  hacia la  marisma, desembocando  en  ella  el  río  Barayo. Es un  enclave  precioso y  de gran  valor  ecológico. Pillamos una mañana muy ventosa y  con muy poca gente  en el  arenal.
La playa  de Barayo es compartida por los municipios  de Valdés y Navia, al igual  que  sucede  en La Arena  con Zierbena y Muskiz.  La  zona  fue  declarada Reserva Natural y  es un paisaje pintoresco.

En bajamar  se cruza bien  el río y tras  subir más  de un  centenar  de escaleras  de madera se  accede  a un  sendero  que  lleva  al parking  de  su  lado occidental, muy  amplio, desde donde hay  otra  preciosa  vista  de la playa.

Muy cerquita  está  el pueblecito  de Vigo,  comunicado  con  carretera con  Puerto  de Vega.

En  Vigo  se  respiraba  tranquilidad, había bonitas casas, poca gente, algunos pabellones   de vacas  lecheras y muchas plantaciones  de maíz.
Preguntando, nos indicaron  por  dónde  debíamos ir para  incorporarnos a la  senda  costera, que  encontramos  con facilidad porque  tiene  buena señalización  en  todo  su  recorrido.
Vamos bordeando los  acantilados y descubriendo  pequeñas calas  solitarias y nos vamos  encontrando  con los puntos kilométricos  de Canares, Picon Asteiro y El  Castillo,  teniendo  ya  cerquita  Puerto  de Vega.
Este  pueblo era  el  elegido para  descansar un poco mientras  comíamos  algo (txipirones  fritos, por  ejemplo). Puerto  de Vega,  elegido Pueblo Ejemplar  en 1995, tiene casas  cuidadas, calles  con  encanto, barcos  amarrados  en  su  coqueto puerto...



Desde  el Mirador  de la Riba se nos  recuerda  el pasado  ballenero  del pueblo


Dicen  que en  España hay una Ley  de Memoria Histórica.  Pues,  mirad  qué nombre  tiene  esta  calle. ¡No me lo podía creer!
 Ermita  de La Atalaya

Cala  La Llosera
Isla Soriana, Playa Cofente, Puerto Los Panes, El  Castiel... son los nombres de las preciosas zonas  costeras que nos vamos  encontrando  en  el  camino, mientras nos  acercamos ya  a la Playa  de Frexulfe por  su lado  Este,  donde  desemboca  el  río  del Monte


El  sendero  rodea la playa y  cruzamos por un puente  sobre  el  río, teniendo  siempre  maravillosas vistas  del playón y la  desembocadura  del  río, un paraje  de película.
 
Ya llevamos 12 kilómetros  de ruta, pero  todavía  estamos a  2 h y media  de nuestro  destino  en Navia. Como buen hombre  de pueblo, repongo  fuerzas  comiendo moras  que hay  en las  zarzas del  sendero .




Para  motivarme las  subo  corriendo.
Frejulfe o Frexulfe  es una playa  con  encanto, por  su longitud (aprox.  1 km), su  entorno,  sus  rinconcitos,  sus  dunas,  su  estuario y que fue  declarada Monumento Natural  en  el  año  2002. En  ella sobrevive  el junquillo  salado (Eleocharis parvula), que no  existe ya  en ningún otro lugar  del cantábrico.
 La playa ya la habíamos  visitado Amaia y  yo  en una  escapada primaveral en  2016


 Aquí,  en  el  fondo,  quedan los  restos  de un barco  encallado,
pero  con la marea  alta no los pudimos  ver.


 La secreta playa  de Fabal, de difícil y  escondido  acceso, por ello  solitaria,
vista  desde  sus  dos orillas.   14 km hechos ya.

Playa  de Coedo y Playa  Las Rubias  en los  siguientes  dos  kilómetros  en un  continuo  sube y baja  rompepiernas, pero no hay  quién nos pare, que  la meta  se acerca, pues ya  llevamos  16 kilómetros al pasar por La Cascareira y las moras  del  camino  me dan  vida.


Un bebedero  de 70  años nos  sorprende  en el  camino.
En  el km 17, la Playa  del Moro, casi inexistente  en pleamar, por lo que no bajamos hasta ella,  aunque  me  atraían  sus  decenas  de  escaleras.

Lanzados  a meta,  divisamos desde lo alto la playa  de Navia o Andés.
 Ría, pasarela, paseo,  parque, zona recreativa,  zona  deportiva,  astillero, puerto... Navia.


Llegando  al  centro y  recorriendo  sus calles,  cuando ya  habíamos  superado los  20 km, buscamos la manera  de  regresar de manera  rápida y  cómoda  al aparcamiento de Otur (Sabugo),  al Este  de la playa  de Barayo,  donde   habíamos  dejado por la mañana  el  coche.

Objetivo conseguido.

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