La costa de Asturias es un paraíso natural y no está lejos de Euskadi. Hoy os hablaré de esta preciosa ruta costera, que Amaia y yo adaptamos a nuestro antojo, saliendo del aparcamiento de Otur, al Este de la Playa de Barayo, hasta la localidad de Navia, recorriendo algo más de 20 kilómetros por parajes espectaculares y siempre escuchando el rugir de las olas del mar, oliendo su salitre y gozando de las vistas.
Marcada como senda costera desde 1988 por el grupo de montaña de Peña Furada, Amaia y yo la modificamos en el inicio, porque queríamos cruzar la preciosa playa de Barayo, bajando a ella por su parte oriental y subiendo tras andarla entera por su parte occidental, para llegar al pueblo de Vigo y, desde allí, enlazar con la senda marcada hacia el kilómetro 4. Estos kilómetros iniciales me parecían más atractivos que los de la senda oficial.
Este fue el tramo que hicimos en el inicio, el marcado en rojo, y creo que mereció la pena.
La playa de Barayo es salvaje, su arena es muy fina y de tonalidad oscura y tiene una duna enorme, paralela a la mar, que avanza hacia la marisma, desembocando en ella el río Barayo. Es un enclave precioso y de gran valor ecológico. Pillamos una mañana muy ventosa y con muy poca gente en el arenal.
La playa de Barayo es compartida por los municipios de Valdés y Navia, al igual que sucede en La Arena con Zierbena y Muskiz. La zona fue declarada Reserva Natural y es un paisaje pintoresco.
En bajamar se cruza bien el río y tras subir más de un centenar de escaleras de madera se accede a un sendero que lleva al parking de su lado occidental, muy amplio, desde donde hay otra preciosa vista de la playa.
Muy cerquita está el pueblecito de Vigo, comunicado con carretera con Puerto de Vega.
En Vigo se respiraba tranquilidad, había bonitas casas, poca gente, algunos pabellones de vacas lecheras y muchas plantaciones de maíz.
Preguntando, nos indicaron por dónde debíamos ir para incorporarnos a la senda costera, que encontramos con facilidad porque tiene buena señalización en todo su recorrido.
Desde el Mirador de la Riba se nos recuerda el pasado ballenero del pueblo
Para motivarme las subo corriendo.
Aquí, en el fondo, quedan los restos de un barco encallado,
pero con la marea alta no los pudimos ver.
La secreta playa de Fabal, de difícil y escondido acceso, por ello solitaria,
vista desde sus dos orillas. 14 km hechos ya.
Un bebedero de 70 años nos sorprende en el camino.
En el km 17, la Playa del Moro, casi inexistente en pleamar, por lo que no bajamos hasta ella, aunque me atraían sus decenas de escaleras.
Lanzados a meta, divisamos desde lo alto la playa de Navia o Andés.
Ría, pasarela, paseo, parque, zona recreativa, zona deportiva, astillero, puerto... Navia.
Llegando al centro y recorriendo sus calles, cuando ya habíamos superado los 20 km, buscamos la manera de regresar de manera rápida y cómoda al aparcamiento de Otur (Sabugo), al Este de la playa de Barayo, donde habíamos dejado por la mañana el coche.
Objetivo conseguido.
Vamos bordeando los acantilados y descubriendo pequeñas calas solitarias y nos vamos encontrando con los puntos kilométricos de Canares, Picon Asteiro y El Castillo, teniendo ya cerquita Puerto de Vega.
Este pueblo era el elegido para descansar un poco mientras comíamos algo (txipirones fritos, por ejemplo). Puerto de Vega, elegido Pueblo Ejemplar en 1995, tiene casas cuidadas, calles con encanto, barcos amarrados en su coqueto puerto...
Dicen que en España hay una Ley de Memoria Histórica. Pues, mirad qué nombre tiene esta calle. ¡No me lo podía creer!
Ermita de La Atalaya
Cala La Llosera
Isla Soriana, Playa Cofente, Puerto Los Panes, El Castiel... son los nombres de las preciosas zonas costeras que nos vamos encontrando en el camino, mientras nos acercamos ya a la Playa de Frexulfe por su lado Este, donde desemboca el río del Monte.
El sendero rodea la playa y cruzamos por un puente sobre el río, teniendo siempre maravillosas vistas del playón y la desembocadura del río, un paraje de película.
Ya llevamos 12 kilómetros de ruta, pero todavía estamos a 2 h y media de nuestro destino en Navia. Como buen hombre de pueblo, repongo fuerzas comiendo moras que hay en las zarzas del sendero .
Para motivarme las subo corriendo.
Frejulfe o Frexulfe es una playa con encanto, por su longitud (aprox. 1 km), su entorno, sus rinconcitos, sus dunas, su estuario y que fue declarada Monumento Natural en el año 2002. En ella sobrevive el junquillo salado (Eleocharis parvula), que no existe ya en ningún otro lugar del cantábrico.
La playa ya la habíamos visitado Amaia y yo en una escapada primaveral en 2016Aquí, en el fondo, quedan los restos de un barco encallado,
pero con la marea alta no los pudimos ver.
La secreta playa de Fabal, de difícil y escondido acceso, por ello solitaria,
vista desde sus dos orillas. 14 km hechos ya.
Playa de Coedo y Playa Las Rubias en los siguientes dos kilómetros en un continuo sube y baja rompepiernas, pero no hay quién nos pare, que la meta se acerca, pues ya llevamos 16 kilómetros al pasar por La Cascareira y las moras del camino me dan vida.
Un bebedero de 70 años nos sorprende en el camino.
En el km 17, la Playa del Moro, casi inexistente en pleamar, por lo que no bajamos hasta ella, aunque me atraían sus decenas de escaleras.
Lanzados a meta, divisamos desde lo alto la playa de Navia o Andés.
Ría, pasarela, paseo, parque, zona recreativa, zona deportiva, astillero, puerto... Navia.
Llegando al centro y recorriendo sus calles, cuando ya habíamos superado los 20 km, buscamos la manera de regresar de manera rápida y cómoda al aparcamiento de Otur (Sabugo), al Este de la playa de Barayo, donde habíamos dejado por la mañana el coche.
Objetivo conseguido.
Sois una pareja de Correcaminos incombustibles.
ResponderEliminar