viernes, 19 de octubre de 2012

Agur, Enrique!

         Hoy, una niña de mi clase, de 11 años, escribía una despedida para Enrique, el maisu de Educación Física, que acababa inesperadamente su sustitución, cuya traducción al castellano incluía estas frases:


"Estoy muy triste, Enrique. Siempre pasa lo mismo, siempre. 
Nos acostumbramos a un profesor y se va. 
No es justo. Y siempre se van los buenos".

          

Y la traducción de lo que escribía un niño de 12 años sería ésta:
"Te recordaré siempre, Enrique. 
Y aunque tú siempre piensas que no tengo corazón, 
tengo un corazón muy grande para llevarte a ti en él".

         

Lo que escribía otro niño lo traduciría así:
"Me da pena que te vayas, 
porque hemos estado poco tiempo contigo 
y me gustaría que te quedaras todo el curso".




Y otra de mis niñas escribía un texto que se puede traducir en lo siguiente:
"¡Hola, Enrique! ¿Qué tal estás?. 
Nosotros estamos mal sólo de pensar que te vas a ir. 
Hoy nos lo ha contado el maisu 
y nos hemos entristecido mucho. 
Te deseamos suerte y que te vaya bien. De todo corazón".


             Enrique llegó de repente el primer día de clase de este curso y trabajando con discreción, honestidad y profesionalidad se ha ganado el respeto y el cariño de los niños y niñas de nuestro colegio. Pero, lamentablemente, el sistema educativo está dirigido por políticos, supeditado a intereses sindicales, económicos y hasta partidistas; y los educadores, que son quienes lo sostienen en la práctica, tienen un protagonismo nulo en la organización y estructuración del mencionado sistema educativo.
       En Karrantza se sabe de esto, y anualmente vemos cómo cambia el 50 % ó más del profesorado del CEP Concha. Pasa un año, y otro, y una década, y otra, pero esto no cambia, se repite cada año. Parece dar igual quién gobierne, dar igual quién esté al frente de la consejería de educación, dar igual que los padres y madres protesten, dar igual todo; no hay alternativa.
        Y así, nuestros niños y niñas pueden tener a lo largo de primaria 6 profesores distintos de Educación Física, y otras 6 andereños distintas en Música, y hasta 4, 5, 6 tutoras o tutores diferentes. Pero, ¿alguien de esos sabios dirigentes le ha preguntado alguna vez a los niños y niñas de Karrantza qué sienten ante esta situación que se repite continuamente?






            No hace falta decir lo que sienten, las imágenes hablan por sí solas. Lo que hace falta es que a los dirigentes de Educación les importe.

           A esto, al continuo baile de profesores, a mandar a trabajar a otros centros a los maisus y andereños que quieren trabajar en Karrantza y a mandar a Karrantza a maisus y andereños que no quieren ir allí (por la distancia, principalmente, que les obliga a pasarse 2 y 3 h diarias en la carretera, con todo lo que eso conlleva) los políticos creo que lo llaman calidad del sistema educativo.
             Me gustaría ser más listo y más culto para poder entenderlo.

          Yo soy maestro, pero crecí como un niño de pueblo, y, aunque estudié, hay muchas cosas que no las entiendo o que me cuesta mucho entenderlas; y hay muchas cosas que yo haría de otra manera; pero yo soy nadie en educación, tan sólo soy un número, como mucho un nombre; para los dirigentes de educación los maestros no somos personas en toda su dimensión, sólo somos nombres de unas listas, es decir, números.
       
        Tal vez por eso, yo busco en clase, con mis alumnos y alumnas, algo más que enseñarles matemáticas, euskera, lengua, conocimiento del medio, etc... me gusta también hablar de valores, de sentimientos, explicarles las cosas de la sociedad en la que van a vivir, aconsejarles que reflexionen, que miren con el corazón y no sólo con los ojos, que se fijen en los detalles, que escuchen más de lo que hablen, porque por algo tenemos dos orejas y una sola boca. No es bueno que los poderosos piensen por nosotros, es importante tener pensamiento y criterio propios. Me parece más positivo aprender a expresarse con palabras propias que aprenderse de memoria un texto.
              Bueno, son reflexiones en alto de un maestro de pueblo. Tienen el valor que tienen, lo sé.
     
        Hoy se iba Enrique y en clase de Hizkuntza no hemos estudiado qué son palabras homónimas, ni tampoco dónde se debe colocar el punto y  coma. Sin embargo, hemos dedicado la clase a escribir dedicatorias de despedida a Enrique. Lo importante era que mis alumnos y alumnas   expresaran sus sentimientos y los escribieran. Para mí, no era demasiado importante que pusieran o no la "k", o que confundieran una "s" con una "z", que se comieran la "h" en una palabra, etc...
       
           Me ha gustado lo que han escrito, sí. Y me ha gustado el interés con que se han tomado esta actividad. Para ellos era más cercana y más significativa que lo de la homonimia, por supuesto.

             En esta presentación hecha con Picture Trail os dejos las fotos de esta pequeña pero gran historia: las de la preparación de las dedicatorias a Enrique, las fotos de estas dedicatorias hechas con mucho cariño e interés por mis alumnos y alumnas y las de la tristeza de la despedida, con canción y todo.




Y un vídeo muy cortito con un trozo de la canción que Ehari, Maider y Erika improvisaron para el maisu Enrique.



Gaur, 2012ko urriaren 22a, maisu Enriquek,  blogean sartzeko mezu hau bidali dit:

          "Ostiralean, eskolatik irten, etxerako bidea hartu eta gogoeta bakarra nuen buruan: azken eguna izan da. Bidean aurrera nihoala, gero eta ozenkiago entzuten nuen. Kotxea gelditu eta zuen gutunak irakurtzeko adorea lortu nuen. Zuen sentipenak nire begietan malkotan bihurtu arren, izandako bizipenak etorri zitzaizkidan gogora, orduan nire bihotz ximurtua pozaren pozaz harrotu zen. Bidea jarrai nezakeen... Mila esker denoi eta besarkada erraldoi bat!                           
Ez diot agur, geroarte baizik!"

1 comentario:

  1. Nik oso triste nago oso maisuona izan da eta ez nahi genuen bera joatea pena ematen dit bera joan delako .

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