Nire jabeak Zierbenako Galipa Txakurkrosara ekarri nau! Igandea da, goizeko zortziak jotzear eta goiza hotz dago, baina ni nire jabearen alde nago, inoiz ez dut bakarrik utziko. Nire jabeak parte hartu nahi du, korrikazalea da eta. Ahalik eta lasterren helmugara eramango dut. Ezin dut alde batera utzi, berak ez bainau bakarrik utziko, ezta?
Aunque cuesta entenderlo hay personas que abandonan a sus mascotas, incluidos los perros. ¿Por qué lo hacen? ¿Alguien conoce a un perro que haya abandonado a su amo?
Las personas, en ocasiones, se comportan como animales.
Los animales, a menudo, se comportan como personas.
Mahatma Gandhi, una persona prodigiosa, dijo que "la grandeza de un pueblo y su progreso moral pueden ser juzgador por la forma en que se trata a sus animales.
Los perros salvan vidas, encuentran desaparecidos entre los escombros de un edificio derrumbado, conducen a los rescatadores hasta la montaña nevada en busca del alpinista perdido, son los ojos y el bastón de las personas ciegas, detectan delincuentes...
Mi padre ahorcó con una alambre a un pastor alemán que parecía un lobo, un lobo negro cobrizo. Sucedió cuando yo era niño. Le ató una alambre galvanizada a su collar y ató la alambre a una argolla de hierro clavada en hormigón; luego con una barra de hierro fue dando vueltas a la alambre, como haciendo un torniquete, fríamente, mientras mi hermana y yo gritábamos y llorábamos una tarde de sábado a la hora de los dibujos animados. La cabeza del perro cada vez quedaba más estrangulada y el eco de nuestros gritos retumbaba hasta Moreo, pero nada detuvo al animal que mi padre llevaba dentro. Mi madre, asustada, nos encerró en la cocina, a salvo, pero lo vimos todo desde la ventana. Finalmente, la cabeza del perro se desgarró y su sangre manchó para siempre el suelo de cemento y la memoria de mi padre.
Nunca más quise tener un perro mientras él estuviera vivo. Murió el lobo negro y yo quisiera que hubiera muerto mi padre, que el perro se hubiera soltado y le habría destrozado a dentelladas, porque no era su dueño, sino su verdugo.
Nada tiene que envidiar la lealtad de un perro a la amistad de una persona. Es más, ahora que ya soy viejo me quedo con la fidelidad de un perro, porque la vida me ha enseñado que las amistades suelen ser perecederas.
Las huellas de los perros no son las que dejan en el suelo al caminar, son los sentimientos que producen en los corazones de sus dueños. Quien no tiene un perro no sabe el vínculo que crea contigo cuando te mira a los ojos con sus ojos. El idioma de los perros es universal, aunque siga habiendo personas que piensen que los perros no hablan. Otra mente ilustre como Gustavo Adolfo Bécquer ya dijo que "el alma que puede hablar con los ojos, también puede besar con la mirada".
Mi padre ya murió y yo vuelvo a tener perro. Es un bodeguero andaluz, EKI. Me lo entregaron unos buenos amigos carranzanos, Miguel y Maite (junto a un gatito, ARGI), hace dos años y medio ya.
De EKI y con EKI he aprendido muchas cosas, aprendo cada día. Nadie pasa tantas horas conmigo como él. Con nadie paso yo tantas horas como con él. Yo que he pasado mi vida en la escuela, ahora que me he jubilado, tengo mi propio maisu y alumno en él.
La historia está llena de personas inolvidables. La historia está llena de perros dignos de ser recordados. ¿Quién no ha puesto Laika de nombre a un perro? Yo se lo puse cuando era niño.
Mi monte favorito es Monte Candina, encima de Sonabia y Liendo, donde están los Ojos del Diablo o de Llanegro, en un lugar donde los buitres leonados pueden volar por debajo de ti, aprovechando las corrientes de aire. Allí hay varios picos con buzones, yo recuerdo tres. En uno de ellos, la primera vez que fui con Amaia me encontré la placa grabada de un perro, Lulu, que se quedó con Manu, su dueño accidentado allí, hasta que vinieron a rescatarle. No le abandonó, no le dejó sólo.
Existen perros que son personas maravillosas.
Y existen personas que son auténticos perros.
¿O no?
Tu perro te dirá te quiero lamiéndote la cara aunque no seas guapo.
Tu perro te adorará aunque no tengas dinero.
Las personas nos queremos, sobre todo, a nosotros mismos. Es el ego.
Ningún perro se llama Ego. ¿Alguien conoce a un perro que se llame Ego? Los perros no se quieren a sí mismos, viven y mueren por sus dueños.
Cuando no estás bien, tu perro no te pregunta con insistencia qué te pasa, no te da la lata, no te molesta, simplemente se tumba a tu lado y te acompaña, dándote cariño con su mirada. Pero en silencio.
Cuando era niño, en mi pueblo, había gente que metía a los perritos recién nacidos en un saco con piedras y los tiraba a las charcas para que se ahogasen. Y decían que era para no hacerles sufrir. Nunca lo entendí, ni siendo niño antes, ni siendo viejo ahora.
En mi pueblo todo eran charcas, pozos, vegas y marismas... y lo único que no me gustaba de ellas era que eran los cementerios de los perritos que no se querían criar. En mi pueblo había muchos perros y andaban sueltos. Ahora todo ha cambiado, los perros viven en los pisos y las charcas, pozos, vegas y marismas ya murieron, las mataron, las llenaron de escombros... Lo llamaban "el progreso", como la melodía de Roberto Carlos.
Un perro es un regalo permanente.
Era la primera vez que presenciaba una txakurkrosa.
La GALIPA Txakurkrosa.
En Zierbena.
En Kardeo, el barrio que más ha mejorado en Zierbena en los últimos 50 años, con diferencia.
De voluntario, haciendo fotos... ¡como si yo supiera algo de fotografía!
No sé nada de fotografía.
Sé la foto que yo quiero sacar, la siento. la veo en mi imaginación.
Pero no sé cómo hacerla. Las cámaras tienen mil botones que no sé para qué sirven. ¿La guía? La guía de mi Sony tiene 500 páginas llenas de palabras incomprensibles para mí. No puedo perder mis días leyéndola. Quiero sacar fotos. Cada foto puede convertirse en un regalo, como un perro. Cada foto que hago es un cromo para mi álbum de recuerdos. Yo soy un coleccionista de recuerdos.
Galipa Mendi Bira.
Galipa Swing.
Galipa Txakurkrosa.
+ Torneo Maloka y Zierbenako Galipa PKE.
No sé si habré cerrado el círculo de voluntariado en Zierbena...
Pasé frío el domingo en Kardeo, pero estuve muy a gusto allí.
Había amigos que se encontraban, con sus perros, que no se si también son amigos, como lo son sus dueños.
Observé muchas miradas humanizadas.
Las personas que aman los perros tienen algo especial.
Las personas que tienen perro nunca están solas y, quizá, tampoco se sientan solas nunca. Me alegro. La soledad es enfermiza.
Las personas que tienen perro siempre tienen historias que contar. Y a mí me gustaría tener tiempo para escucharlas. Merecen la pena. No son como las frases de Gandhi o los poemas de Bécquer, pero merecen la pena. Sí.
No conocía a casi nadie allí. Bueno, sí, vi a Leo Laza, ex frontenista de Sestao Pilota con su galgo; vi a Xabi Santa, ex director técnico de la BEPF con Xiri; vi a Gustabo Lanbarri, concejal del Excmo. ayto. de Zierbena; vi a algunos vecinos del barrio (Ion, David, Lorena...) estaba, ¿cómo no?, Julen, de Amarok, que es el "educador" de EKI los sábados a la mañana en Akarlanda... y allí estaban los voluntarios, la mayoría deben tener una especie de tarjeta de voluntariado, creo, porque los veo siempre... ¡son personas que valen más, aunque no tengan precio!. Y conocí a Virginia, a David García-Pascual...
Miraba a los perros.
Miraba a las personas.
Escuchaba las voces y sonidos.
Observaba las miradas y los gestos.
Sacaba fotos.
Fue una masterclass para mí.
Me perdí mi partido de paleta goma en el XXXIV. Basauriko Txapelketa y quedé eliminado, pero llegué a tiempo al cumpleaños de mi única hermana, Mari Nieves.
Los jubilados somos gente ocupada. Y somos importantes, aunque, a veces, y a algunos, no les importamos y casi les estorbamos.
Los voluntarios también son gente ocupada. Siempre hay alguien que necesita ayuda.
Sí, yo ya lo había pensado.
Pero... ¿acaso las personas no somos diferentes unas de otras?
Hay personas que ladran en vez de hablar.
Y hay perros que parecen que hablan cuando ladran. Y hasta sin ladrar.
He estado mucho tiempo de mi vida sin querer tener perro. Creo que aquella imagen de mi padre decapitando al lobo negro me ha acompañado toda mi vida, por desgracia. Ha sido un trauma más de mi infancia. Los traumas de la infancia se quedan a vivir contigo para siempre. Ahora, con EKI, he vuelto a mis orígenes. Me ha costado. No quería encariñarme con ningún perro.
Don Quijote tenía perro, un galgo corredor dice en el libro de Cervantes.
Paul MacCartney le dedicó una canción a su perrita Martha.
Abraham Lincoln no se separaba de su perro Fido.
El explorador noruego Amundsen fue el primero en alcanzar el polo sur, y lo hizo gracias a sus robustos perros de Groenlandia que tiraban de los trineos. La gloria se la llevo Amundsen, ¿pero quién sabe que solamente sobrevivieron unos diez perros del centenar que partió hacia el polo?
Pero a mí, sobrecogedora, me parece la historia de Hachikô, el perro japonés que, durante 9 años después de la muerte de su dueño, acudía cada día a la llegada del tren en el que regresaba su amo. Fiel más allá de la muerte. Impresionante.
Quienes abandonan a un perro deberían sufrir el mismo destino.
Un perro es un regalo, pero no es un capricho que se regala.
Un perro abandonado es un sin techo.
Me sobrecoge la imagen de un mendigo con su perro. Cuando te conviertes en mendigo no te queda casi nada, ni la esperanza, pero te queda la compañía de tu perro. Quizá, a él también le abandonó un hombre trajeado y con corbata, que era, en realidad, un pobre hombre.
Algunos espectadores decían que había barro en la Txakurkrosa de Kardeo. ¿Barro? Esos no han conocido el Kardeo de hace 50 años. Los caminos del centro del barrio erran lodazales de barro y boñigas, tenías que ir con botas de goma para pasar, pero se te quedaban enterradas hasta la rodilla y costaba dar un paso. Si Ciriaca levantara la cabeza...
Ningún perro se quejó.No sabía hasta hace poco de la existencia de Amarok.
Buena gente.
Buena Txakurkrosa.
Lo viven. Me gusta la gente que se apasiona con lo que hace.
Respeto y admiración por ellos y ellas.
La Txakurkrosa me ha generado una duda: ¿Quién conduce a quién?, ¿El corredor al perro o el perro al corredor? ¿Quién tira de quién? Y, ¿quién gana? ¿los dos? ¿el corredor?, ¿el perro? Mi duda no me parece importante, lo importante es correr juntos, conectados, haciendo equipo, llegar a meta, superar el reto... Si uno se queda, el otro no llega.
Las personas nos complicamos la vida queriendo lo que no tenemos y lo que tenemos no lo apreciamos. He aprendido que las cosas sencillas son las que más feliz te hacen... como el cariño de un perro. Pero parece que en el ADN de las personas está implantado un chip que nos inclina por dar más valor a las cosas materiales que a los sentimientos. Y ahí... nos perdemos y no nos encontramos. Y, a veces, ni nos reconocemos. El chip que implantan a los perros es diferente.
Un BMV Z3M Coupé es muy elegante y rápido, pero si aceleras te salta el radar y te multa la policía, y como llama la atención siempre habrá un adolescente incontrolado que te lo rayará por que sí con su llave.
Quédate tú con el BMV, que yo ya no quiero preocupaciones. Y yo me quedo con el perro. El BMV tiene motor, pero mi motor será mi perro. EKI es mi refugio. Cuando estoy enfermo, permanece a mi lado. Y si un día lloro, se sube, me abraza y me lame la cara. Puedo sentir su tripita calentita, el latido de su corazón, su respirar profundo cuando duerme en el sofá y eso es muy reconfortante.
En la txakurkrosa la gente compartía sonrisas y saludos. Se conocían de muchas otras carreras. Vi momentos entrañables. En el frontón también nos conocemos casi todos, pero hace más frío (espero que se me entienda) y llevamos pala en vez de perro. Motivo de reflexión.
A primera hora se pasaba el control veterinario.
Todos los perros estaban sanos.
Igual que sus dueños. Gente sana.
Me emocioné al ver un participante con la camiseta que recordaba a Jon Ander Soto. Alguien dijo que las personas siguen vivas mientras haya alguien que las recuerde. Me encanta esa frase.
¿Cuántas carreras habrá hecho?
¿Cuántas historias vividas y no escritas?
Lo que no queda escrito termina olvidándose o tergiversándose.
Yo escribo para que se recuerden mis historias.
Algún día moriré, pero no morirá lo que yo haya escrito.
Y seguiré vivo mientras alguien vuelva a leer mis historias de hombre de pueblo y mientras alguien mire mis fotografías de voluntariado.
"Siempre ten presente que la piel se arruga,
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia.
Tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
De tras de cada línea de llegada hay una de partida.
De tras de cada logro, hay un desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas…
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡Pero nunca te detengas!" Teresa de Calcuta
Ningún perro se olvida de su amo, aunque haya dueños que se olvidan de su perro. El ser humano es olvidadizo, desagradecido y egoísta. Los perros no pueden heredar ni contagiarse de esos defectos. La naturaleza es más sabia que los hombres, pero hay hombres que se creen invencibles e inmortales. No son capaces de ver su estupidez al mirarse en un espejo, pero ellos también acabarán en una caja de madera o de latón. Son coleccionistas de defectos.
Los perros no se miran al espejo, su amo es su espejo.
Los perros tienen memoria, no se olvidan de ti.
Los perros son agradecidos, generosos, sinceros.
Los perros son fieles, son leales.
Sólo tienen los defectos de perro que la naturaleza les ha dado.
YO NO CORRÍ EN LA GALIPA TXAKURKROSA. Ya no estoy para correr, ni cuesta arriba, ni cuesta abajo. Ya soy demasiado viejo para eso. Pululaba por allí, de un lado para otro, intentando obtener unas cuantas fotografías sin molestar a nadie, ni a los perros, ni a sus dueños. Tan solo quería no defraudar a quiénes habían pensado en mí para que fuera un voluntario más, con la misión de hacer un álbum de fotos. Eskerrik asko por acordarse de mí, fue una experiencia gratificante. Pronto me di cuenta que con David García-Pascual de reportero, yo no era necesario, pero intenté sumar. Juntos se llega siempre más lejos.
La meta ya estaba cerca, ya faltaba poco. A lo lejos se escuchaba a la speaker y al público aplaudiendo el último esfuerzo. Cuesta arriba, caras de esfuerzo y de cansancio, de sufrimiento, pero también sonrisas de satisfacción, complicidad entre perro y dueño. Palabras de aliento de los corredores a sus perros, palabras de ánimo y cariño entremezclado. Bocas abiertas, lenguas fuera, pero mirada alta, orgullo sano y merecido, reconocimiento... hasta el último aliento.
Me emocioné viéndolo. Zorionak!
GALIPA Txakurkrosa en memoria de Charly y Rocky.
Había que ponerlo. Se lo merecen, sin duda.
Casi me parece de lo menos importante, aunque trascendente sí que es.
Para mí, el premio es participar, estar ahí, ser uno más, aportar lo que se puede. Y, seguramente, para muchos y muchas de los participantes también.
Estando ya se gana.
Quien no está es el único que pierde.
Agur.
Sé que escribo demasiado.
Barkatu.
No soy perro.
(Mi ama decía que él nos dio vida de perros)
Soy hombre, por eso tengo tantos defectos.
Pero leer nunca ha hecho daño a nadie.
Bueno, sí, a Don Quijote (pero según Cervantes)
Eskerrik asko por tu sonrisa (tenía que ponerla)
Zorionak por tu tatuaje (tenía que ponerlo).
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