lunes, 17 de abril de 2023

KARRANTZA buruan eta gogorapenak mundura (I)

Nekane maitea Pablo Zapata idazlearekiko saio batean

Estuve unos  años  en un  proyecto ACEX. No daba  clase. Llevaba la  liburutegi  escolar que ofrecía  alternativas de  ocio al alumnado del CEIP Kontxa en los  recreos matinal y  post-comedor, realizaba  actividades  extraescolares y el huerto  escolar. A raíz de  ello, conocí a varios  escritores que participaban en  "La  Aventura de leer", cuyos libros leían los niños y niñas de Karrantza y, en  ocasiones,  nos  visitaban. 

Uno de ellos  fue  el navarro de San Martin de Unx Pablo Zapata (Bensuf el relojero, Balabilú, La casa  de  vino y otros  cuentos...) y que  había  escrito un libro  cuyo título me  encantaba... Historias de un niño  de  pueblo. (Creo  que  por  eso  quise  conocerle).

Y  fue  en una  de  esas  sesiones cuando le hice  esta  foto a Nekane, una niña encantadora, con un imán  en  su  triste sonrisa y muchos secretos en  su mirada. (Llevaré no sé ni  cuantos  años  sin  verla, a no ser  a través  de sus  RR SS) Podré olvidar muchas  cosas  de Karrantza, pero  a Nekane  siempre la  recordaré y siempre desearé  que  sea  feliz, muy feliz.

...(Nekane, behin hau irakurriz gero, emaiozu besarkada  handi bat zure nebari, Mai. Berataz ere gogoratzen naiz).

El  Sucesoko Josu nirekin beti primeran!

Si miramos al  cielo, vemos nubes. Podrá haber muchas nubes, pero todas  son  diferentes. Si  vamos al hayedo de La  Calera  del Prado, mira  que  allí  hay  hayas, sí, cada  cual más bella, cada cual más majestuosa, pero no hay  dos  hayas iguales. Entonces, muchas veces me he preguntado por qué  damos la misma  clase  para  todos los  niños-as, como  si  todos  fuesen  iguales, como  si  todos  entendieran lo mismo,  como  si a todos les interesara  la misma explicación y  supieran  resolver el mismo problema. No hay  dos niños  iguales. Todos son  diferentes. ¿Por qué  no lo tenemos en  cuenta?

No sé  lo que los niños y niñas de  Karrantza  habrán  aprendido  de mí,  no  sé   si les  habré  enseñado  algo, mucho o poco, pero  yo  sí  que  he  aprendido  de  ellos y  ellas, he  aprendido  lecciones  que  no  encontré  explicadas  en ningún libro de  texto.

Cuando  tienes  en  clase  a un niño  como  era  Josu, al  que  le  debes  exigir,  le  riñes  y hasta  le  castigas  a  veces,  pero  luego  ves  cómo te  sonríe,  y  sientes  cómo  te  quiere... entonces,  es entonces cuando  te  das  cuenta de que tu  clase  se  debe convertir  en bosque de hayas  y  cielo  de nubes.

También llevo  años  sin ver  a  Josu. Y  ya ni le  conocería  si le  viera. Ahora  ya  será  un veinteañero o un millennial... pero  creo  que  si él me  viera  a mí por  ahí,  vendría a  saludarme con  cariño. ¡Ojalá  suceda! Tengo  guardado un  abrazo para  él.

...(Josu, inoiz hau irakurtzen  baduzu, zure  amari, Ana, eta  zure anaiari, Andoni,  nire  besarkadak helarazi, mesedez).
Beñat, Izaro eta  Aitana.

La  vida  es un  columpio. 
Te impulsas,  te  balanceas  y te mueves 
robándole su  sitio  al aire. 
Subes y  bajas.  
Bajas y  subes.
Nunca  estás  siempre  arriba
y jamás debes quedarte siempre abajo.  
Avanzas y  retrocedes. 
Recuperas después  de  haber  retrocedido. 
A veces, y tristemente, solo.  
En ocasiones, y  afortunadamente, en  compañía.
Puedes saltar pero  sientes  vértigo.
Atrévete a saltar y podrás llegar lejos.
La vida  es un  columpio.

Dasha eta  Aimar

Lees una noticia de la  escuela y  en  muchas  se  habla  del bulling.
A mí, algunos  niños  de  mi clase, me llamaban  DUMBO.
Otros murmuraban que  era hijo de un  borracho  
o que  mi padre estaba  en la  cárcel.
Nadie me  dijo  que  me  estaban haciendo bulling.
Nunca  sentí  que  me hicieran bulling.
Simplemente  no  existía (oficialmente).
Yo no  era lo  que  ellos  decían.
Yo  era lo  que  yo me sentía.

Al bulling  le hemos  abierto las puertas los adultos,
porque un  día los niños  se  dieron  cuenta  de que  somos envidiosos, egoístas, arrogantes, falsos,  acaparadores, mentirosos, 
insolidarios, crueles, radicales, egocéntricos, irrespetuosos...
y decidieron imitarnos.

¿Acaso   les premiamos por ser buenos  compañeros,
honestos, nobles, humildes y  sinceros,
leales, cariñosos, generosos y ondear la bandera  del  respeto?

Cuando los  adultos  seamos buen ejemplo,
los niños  dejarán  de  besarse  en  el  espejo.

Oier Ur Festan!
Fui maisu  de  su  adorable  amatxu y se notaba por la  manera  en  que él me miraba,  me hablaba y me trataba. Lo pensé  tantas  veces.
Yo tenía un  reto, un  sueño: "El  Mato", pero  era un  sueño irrealizable.
Una  tarde  cogí un  hacha y  fui allí  a descargar mi  ira. Oier y  dos  de  sus  amigos se creyeron mi  sueño  y  empezaron  a   trabajar  conmigo. Así  empezó  todo.
El  sueño nunca  se  cumplió, pero la noche  fue muy larga y soñamos  muchas  bonitas historias  con la  ayuda de los niños y niñas  de Karrantza  que  heredaron  el entusiasmo de  Oier, Yael, Pane...
Cristian eta  Asier
Nire lankide maiteak, urtetik urtera, Kontxako  sukaldariak.

Caminando...
me he  tropezado  con personas que sabían mucho, 
pero  que  se  creían  que  sabían  todavía mucho más,
y, en  realidad,  sabían muy poco, apenas  nada.
Y, caminando...
he  conocido a personas que valiendo mucho,
eran  trataban  como  si no  valieran   casi nada,
y,  en  realidad,  tenían  un  valor  incalculable.

Me senté a tomar  un  café  con las  segundas
y ya nunca  quise volver  a caminar.


Existen ladrones  de  bancos, que roban el  dinero y no lo sabe ni gastar.

Existen ladrones de joyas, que roban relojes, pulseras y  diamantes que  no pueden lucir.

Existen ladrones de niños, que  roban su infancia en un  acto  de  crueldad.

Existen ladrones  de libros, que  aunque lean no podrán  entender.

Existen ladrones  de sueños, frustrados que ni  tan  siquiera  saben  soñar.
Urak dakarrena, urak  darama.
La  Senda  del  Guarda

Angel eta biok.  Nire ustez, paregabea.

De una madre  encantadora, un  hijo  adorable. Lo he  comprobado tantas  veces. Conocí  a  Angel  siendo muy tímido, se le ponían los papos colorados cuando tenía  que  contestar a  una  pregunta,  no le  salían las  palabras, le temblaba la piel... y le  vi  convertirse  en un humorista que  nos  hacía   llorar  de la  risa. Increíble.  

Muchos lo habréis  visto y escuchado. Merece la pena reponerlo...

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