A las puertas de la final

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Dejé unas horas sin  sacar  a la luz los  cruces de semifinales. Intencionadamente. Así   los que  tienen más juego  en la lengua que  en la pala podían  hablar,  hacer sus  quinielas,   expandir  sus  comentarios y  sentirse hinchados  como una muñeca  chochona. Los  ignorantes  necesitan  pasar por  sabios una vez  al año,  al menos. Merecen tener  su  santo, como  todos.

Crucé las parejas  como tenía  que  cruzarlas, usando la cabeza y  aparcando  el  corazón. Pero me costó  no escuchar a mi  corazón, porque   me enamoran las personas y me desagradan las máquinas.

No todos los ladrones están en las cárceles, porque la corbata y  el guante  blanco visten mucho; ni todos los muertos descansan  en  tierra, porque siempre  hay  alguno  al que  dejaron tirado  en la  cuneta.

¿Críticas  al Maloka?

Hombre,  tontos haylos,  como las  brujas, pero decir  que  Doncic  está  gordito, que Nadal se ha rendido, que Pogacar   ya no  es el mejor del  Tour, o  que  Van  Aert no  sabe  correr y que el Athletic  ganará la liga... te da poca credibilidad. El  silencio  solamente hay  que  romperlo para  decir algo interesante.

Belarri ha escrito un bonito libro en el Maloka, un libro precioso, aunque  al  final no acaba bien. Los libros  se componen de historias y las historias se decoran  con imágenes entre sus páginas.

En todos los capítulos anteriores, Belarri  salía  sonriendo. Ayer, no.

Los protagonistas también  sufren, sobre todo  si  más que músculo tienen  corazón. El corazón de Belarri  es  diferente  al nuestro, no es un órgano   que  lleva  en el pecho. El corazón de Belarri está  en  su  cabeza, en lo que ven sus ojos, en el aire que  respira, en las palabras que  escucha, y también en los músculos de sus brazos y  de sus piernas. Ayer Belarri era  diferente  a Belarri. Ayer, Belarri no  fue  Belarri, porque  su  corazón de colapsó.

Y yo  estoy  muy  apenado. No por  su derrota. Ahí no  entro. Por  él.

Las  gaviotas  necesitan volar. 

Txoria txori.

Belarri  juega para  disfrutar.

Si le  echas  txapapote  en  sus  alas, no vuela.  Belarri perderá. Tú le ganarás. Pero  no habrás ganado  a Belarri. Habrás ganado  a Belarri  con  txapapote  en sus  alas.

Belarri  estaba  terminando  el libro  del Maloka y él sabía  cómo  tenía que  ser el  final. Pero le rodearon los buitres de las  editoriales  y  le  confundieron, le mezclaron los párrafos, le  escondieron las  mejores frases, le  cambiaron las palabras y... 

No te preocupes, Belarri.

Yo he puesto un Belarri  en mi  vida.

Y  leeré tu libro, pero no hasta  el  final.

Leeré  el prólogo y miraré los  santos, esas fotografías donde aparece  el  Belarri auténtico, el de verdad.

Mikel Goñi sigue  siendo un guerrero, un indomable, pero también  tiene  corazón, como Belarri. Ayer se contuvo, porque supo llevar que  le consideraran un mimbre sabiendo  que  es un roble centenario.

Un  roble es noble, fuerte, recio, leal e inmortal. Igual  que  Mikel Goñi. 

Me quedo  con tres tantos preciosos de Goñi a Landeta. Significaron mucho. Como tres bellotas que se descuelgan  de las ramas  y germinan. Tres. Eso  es lo  que  se  recordará de  ese partido. Eso y  que  Belarri--Mikel Goñi perdieron. En  diez  días  nadie  se acordará del  resultado. Recordarán  que  Belarri no estaba estando y que  Mikel Goñi eligió morir matando. 

Las raíces de los  robles   son profundas  y  su  sombra  agradable y duradera. Las hojas del  roble se  sienten tan orgullosas  de él  que  tardan  en  caerse.

Perdieron como nunca

Se abrazaron  como  siempre.

BELARRI--MIKEL  GOÑI   13

LANDETA--SEOANE   25

Landeta--Seoane vinieron  a ganar  y ganaron. Ganaron bien. Jugaron mejor. Hay  que  felicitarles. Dignos  finalistas. Esperados finalistas. Merecedores finalistas. No se entretuvieron en la kantxa. Había tráfico,  así  que   montaron  en su moto  de  carreras. Con tanta prisa por ganar no se pararon  a pensar  que ellos  son los  finalistas,  pero  que  el  Torneo Maloka  les había puesto 800 personas  en las  gradas. El público quería más, más  tantos como los  que  hizo  Goñi, más juego. 

El resultado no creo que  extrañe  a nadie. Al  fin y  al  cabo, Landeta  es un  crack  con una pala  en la mano y  Mikel Goñi  ha  sido  y  sigue  siendo un crack  sin pala  en su mano. Ayer  era  Maloka Pala Txapelketa.

Partido  de  ritmo  de Landeta, con prisa para  todo, para  rematar, para  ir  en busca  de la pelota, para  sacar, para ganar... ¿Quién  sabe? Lo mismo  que  Belarri  vino de  jugar  en  SANI (perdió  30--29 la  semifinal) y  Mikel Goñi  venía  de jugar  en Oiartzun,  igual  Landeta  tenía  algún partido  que  jugar  después...   Estos  no paran.

No olvidemos a Seoane. Que  como  su delantero es Ander Landeta, parece que  Seoane no juega. Ander Seoane  sí  que  juega, mucho,  zaguero  dominador, de potente  derecha y  buena  defensa  de  machete. Ayer  reclamó  varias  pelotas como suyas a Ander Landeta, pero  Ander,  el otro  Ander, tenía prisa por ganar.

Un ratito antes, con calma y  sin prisa, HUESO--TRIJUEQUE se habían  despedido  de SANSE I--REYERO en la primera semifinal de la tarde.

Cuarta  final  consecutiva  para  ellos (Del Horno ha jugado cinco). Y no se vislumbra ninguna pareja  que les pueda  ganar. Bueno, Landeta--Seoane van  a tener  su oportunidad mañana.

Aitor Hueso juega  sin prisa. Exhibe una tranquilidad que mata  al rival. Ni se inmuta. Jugar  a pala  parece muy fácil  cuando le  ves  a  él. Unas  te las golpea   lejos del  frontis, otras  te  las  remata  con la  derecha o  con la izquierda, al  txoko o  a contracancha.  No  se sabe muy bien cómo defenderle.

Te voy a decir una  cosa. No sé  yo  quién  es  el mejor de la pareja, porque  Hueso  es Hueso, pero Trijueque  es Trijueque.

Desde luego,  peso  en el juego  tiene más  Triju. Decidir, decide más  Hueso, pero  es que  Triju,  en  cuanto  tiene un  hueco,  te la  clava  sin despeinarse.

Yo, personalmente, a Hueso le veo  como  siempre. Pero  a Trijueque  le veo mejor  que  antes.

Para mí,  ayer,  el mejor  de los  cuatro fue Triju. No  solamente  defiende magistralmente  y  muy  arriba,  sino  que llega  a  donde no puede llegar  Hueso. Hueso  tiene  clase para regalar,  pero  es un poco vago.  Triju también  tiene  clase, algo menos  que  Hueso, y  es  trabajador. Yo  pienso  que  esa  es la  clave  de que Hueso juegue  de delantero y  Triju  de  zaguero. Hueso  es mejor  delantero  que  Triju, pero bastante peor  zaguero  que él. Triju no es tan espectacular delantero como Hueso, sí  bastante  parecido  en  efectividad, pero  no juega de delantero, porque  Hueso  no iba a  correr  atrás lo  que  corre Trijueque. Jugando  como juegan  ahora  suman mucho más. ¿Invencibles?

SANSE I--REYERO han sido una de las mejores parejas  del Maloka--22. Gran torneo el  suyo (¡a David y  a mí  sólo nos ganaron 25--23!). Han llegado  hasta  el penúltimo escalón,  donde otros podían haber llegado y no llegaron. Ellos, sí.

Pero  ahora  saben lo  que  es ser una de las mejores parejas del Maloka y  estar  tan lejos  de  HUESO--TRIJUEQUE. Para  competir  con ellos hace falta más. ¡Ni  con José Reyero  de  botillero alcanza!

Me alegro de su  campeonato. Les tengo por muy buena gente y espero  que  hayan  disfrutado de esta  edición. Seguro que  se llevan  muchos recuerdos. Todavía les  falta  alguno más. Habrá que  esperar   a la  entrega  de premios.

Ziortza, Zierbena Udaleko Euskara Teknikaria eta Xandra, Euskara  zinegotzia finalerdi honetako pilotariekin.

SANSE I--REYERO   16

HUESO--TRIJUEQUE   25

La tarde comenzó con un excelente partido  de chicas. 

Por  fin,  ayer  fue  posible.

Parece que  eso  de  jugar  ante 400 personas gusta o no gusta.

El cumpleaños  de la novia del hermano  de la hermana del primo del marido de mi  tía ya lo  celebrarán otro  día.

ZUGAZA--SILVIA   18

INGE--LAURI  25

Las  coloradas  siguen  sin poder con las  azulonas. Tienen, pero les  falta. Las  azules   golpean  fuerte  la pelota, la  dirigen  bien, la mueven  con  soltura,  defienden... son  rocosas y no  exentas  de  técnica. Las  coloradas   son  el perfil de una  etapa  de  montaña  del  Tour de  France: picos,  suben y bajan. Les falta  regularidad en  su juego,  evitar  imprecisiones,  sufrir en la  kantxa... ser más consistentes desde el primer saque  hasta  el último tanto.

Las  azules  demuestran más poderío físico y  mental.

Partido lindo, bonito,  entretenido, vistoso... una pena  que  algunas  de  estas  chicas, y  de las otras,  siempre  están  tan ocupadas  en otros  compromisos y  no puedan  jugar  más  tardes  en el Maloka.

Cada cual  elige lo  que  quiere... sombra o luz.

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