Leí una vez en un libro que no recuerdo quién escribió que Karrantza parece estar lejos de todos los sitios, y así lo piensa casi todo el mundo cuando vas por primera vez allí. Esta distancia, que no es tanta como en principio parece si vas un día tras otro, tiene sus aspectos positivos y negativos para el valle y sus habitantes.
A Karrantza se puede ir por la autopista, saliendo en Colindres y tomando la vía rápida que va hasta Ramales de la Victoria, desviándote un poco antes en un cruce a la izquierda, a la altura de Gibaja. Es relativamente cómodo el viaje. Pero yo, para ir a Karrantza, prefiero la carretera que cruza Enkarterri: Muskiz--Sopuerta--Artzentales--Valle de Villaverde--Valle de Carranza, es decir, por La Escrita. Desde mi pueblo (Playa La Arena-Zierbena) sólo hay 42 km hasta las escuelas de Concha, pero me lleva tres cuartos de hora llegar.
Y cuando pasas al puerto de La Escrita (430 m de altitud), aparece el majestuoso valle vestido de muy diferentes formas. A veces, cubierto por la niebla; otras, con un manto blanco en sus zonas elevadas, y otras muchas, absolutamente despejado, alcanzando la vista la cordillera que queda al otro lado del valle, en tierras cántabras.
De vez en cuando, me gusta parar en un recodo de la carretera y contemplar el paisaje. Y, ¿cómo no?, hacer fotos y vídeos. Aquí os dejo un montaje, de poco más de seis minutos, con lo mejor de este curso que se acaba.
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