martes, 17 de abril de 2012

Aitite,¡cuéntame una de esas historias que tú sabes!


 El abuelo y el nieto / El tazón de madera


     Había una vez un pobre muy viejo que no veía apenas, tenía el oído muy torpe y le temblaban las rodillas. Cuando estaba a la mesa, apenas podía sostener su cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, y aún algunas veces escapar la baba.
     
     La mujer de su hijo y su mismo hijo estaban muy disgustados con él, hasta que, por último, le dejaron en un rincón de un cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro. El anciano lloraba con frecuencia y miraba con tristeza hacia la mesa. Un día se cayó al suelo, y se le rompió la escudilla que apenas podía sostener en sus temblorosas manos. Su nuera le llenó de improperios a los que no se atrevió a responder, y bajó la cabeza suspirando. Le compraron entonces una tarterilla de madera, en la que se le dio de comer de allí en adelante.
     
     Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.

- "¿Qué haces?", preguntó su padre.
- "Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos."
     
     El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad.
                                                                                                                                                                                   Hermanos Grimm


 Una familia muy grande para un nido pequeño



     Una preciosa y fría tarde de otoño, una mamá pajarita y un papá pajarito se disponían a dormir a sus dos pichones bajo sus plumas calentitas, cuando todos escucharon a otro pajarito pequeño piando desesperadamente, de hambre y de frío.

     El más listo de los pichoncitos se acurrucó con su mamá mientras le decía:
-"¿Quién es ese que chilla tanto, mamá? Parece que no tiene nido como nosotros" - preguntó el mayor y más fuerte de los hijitos.

     - "Sí", - dijo el papá - "se trata de un pajarito que se cayó del nido y está muy debilito y frío. Yo lo vi esta tarde cuando les traía comida a ustedes".

     - "¿Qué podemos hacer por él?" - preguntó la mamá a su familia, y agregó: - "Le podríamos dar albergue y comida, si pudiéramos subirlo hasta acá".

     - "No, mamá. ¡Déjalo ahí donde está!" - dijo el pajarito más listo y fuerte - "que si le das comida va a querer comérsela toda, y lo traes para acá arriba, él va a querer arrimarse a ti para estar más calentito. Entonces, ¿dónde podré ponerme yo? ¿Eh?"

     - "Sí, mamá; yo quiero que se calle, así es que baja tú y dale algo de comer, pero no lo traigas para acá, que este nido es muy pequeño y no cabe nadie más".

     El papá pajarito, que escuchaba estas dos opiniones, de modo muy dulce se dirigió a sus dos hijos y les habló así, de esta forma que voy a contarles:
- "Hijitos queridos: ese pajarito perdió a sus padres y tiene hambre. Su nido fue destruido por un señor muy malo que no se dio cuenta que él había quedado vivo. Aquí vosotros estáis bien alimentados y calentitos. Yo puedo ir a buscar al niño bueno que es mi amigo y que vive en aquella casa y puedo también hacerle comprender que tome al pajarito suavemente y lo suba hasta nuestro nido. Así lo podremos alimentar y darle calor".

     - "Eso mismo pienso yo" - dijo la mamá.

     - "Entonces, si están de acuerdo ustedes dos, que son los que mandan, por ser la mamá y el papá, ¿por qué no lo han traído ya?" - dijo el pajarito más listo.

     - "Porque yo quería que todos estuviéramos convencidos de la decisión que podríamos tomar. Debemos proteger a esa criatura que tiene frío y si viene para acá con nosotros, ¿no se dan cuenta que vamos a estar más apretaditos, y por tanto, tendremos mayor calor?"

     - "¿Y habrá comida para los tres? ¿para mi hermano, para el otro pajarito y para mí?" 
- preguntó el más pequeño de los hijitos.

- "¡Claro que sí, mis tesoros! Habrá comida y calor para todos y seremos más felices por haber aliviado a una criatura que no tiene a nadie en este mundo".

     Y, diciendo esto, la mamá pajarita, llena de ternura, dio sendos besos a sus hijos y otro a su esposo, quien, inmediatamente voló hacia la casa de su niño amigo, dando por hecho que sus hijos estaban convencidos del bien que harían, mientras seguían escuchando los gritos de su futuro huésped, cada vez más débiles.

     Y cuentan que al día siguiente amanecieron todos, los tres pequeños pajaritos y sus padres, muy acurrucados en el centro del nido, llenos aún de la cena de la noche anterior y con caras de felicidad. Todavía quedaba espacio en el nido.
Dra. Adania Guanche Martínez


Papi, devuélveme mis manitas

     Una familia se había comprado un auto nuevo, 0 km. hermoso, se mire por donde se mire, el tapizado, el color... todo. El padre amaba ese auto, su esfuerzo estaba allí. Salieron él, su esposa y el pequeño de ambos, de sólo 3 años.

     Llegando a una estación de servicio, bajan los padres y dejan al niño en el auto, cerrando las puertas... el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor, ya que los niños hacen sus cosas en esta condición. 

     Después de un rato llegan los padres y al ver el cuadro, el padre comenzó a encenderse en furia y, al ver su "hermoso tapizado" todo rallado, comenzó a golpear al niño en sus manos y a golpearlo con mucha fuerza... hasta que tuvieron que sacarle al niño de entre sus golpes.

     El niño estaba en muy mal estado, tuvieron que llevarlo hospitalizado. 

     Suena el teléfono en casa de la familia y atiende el padre... los llamaban del hospital, era necesario que se presentaran, se habían complicado las cosas...

     El padre se presenta y le notifican que debieron amputarle las manos al niño, ya que no había otra opción posible. 

     Entrando el padre a la habitación envuelto en lagrimas... el niño le dice sonriente... 
- "¡¡Hola, papi...      ya aprendí la lección...      no lo voy a hacer más papi...     pero, por favor, ...devuélveme mis manitas!!". 

     El padre salió de aquella habitación y según cuentan... se suicidó.

http://www.youtube.com/watch?v=gdcNzQBHC0E 
Pincha en este enlace para ver el vídeo de esta estremecedora historia.

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