Mi querida andereño:
Soy aquél que nunca te
lleva a corregir los problemas,
ni te entrega la carpeta para que te
lleves.
Soy aquél que cuando
preguntas algo,
siempre se queda callado y no llama tu atención.
Soy aquél que nunca
entiende cuando explicas
y te mira serio y, después, cuando hay que hacer
alguna actividad... no la hace.
Aquél que nunca termina
de copiar esos pizarrones llenos
y que cuando dictas no se me entiende la letra
y no me sirve de nada todo lo que copié.
Soy aquél que lee lento,
que cuando me haces leer en voz alta (eso sucede muy poco)
sufro tanto al notar
que todos se cansan y me ayudan respirando profundo.
que te gustaría que fuera diferente,
lo
noto en tu mirada y tus gestos.
Me duele cuando pones cara de “no tiene
remedio” o “qué se le va a hacer”.
Sé que sientes que hay días que molesto en
clase
y que no sabes qué hacer,
para colmo “no estoy para repetir”, como le
dices a amatxu.
Si supieras que mi día de estudio no termina en la escuela,
que
al llegar a casa mi ama lo primero que hace es preguntarme ansiosa cómo me fue,
si terminé todo;
y ahí comienzan nuevamente los problemas.
Pedir carpetas,
Me canso mucho.
A
veces, tengo ganas de estar enfermo o que llueva mucho para no ir a la escuela.
Andereño, ¡si pudieras darte cuenta que no puedo igual que otros!,
pero que puedo
a mi manera.
Si pudieras descubrirla,
saber que me gusta leer sobre
perros,
que espero el diario para leer el horóscopo a mi familia,
que tengo una
gran imaginación,
que me gusta la música y bailar,
que soy muy responsable y perseverante
(sino no haría la carpeta dos veces por día).
Si pudieras descubrir lo que sé sin tener que hacerme un examen,
sin pensar que
si tengo la carpeta completa o si copié todo lo que aprendí.
Si pudieras darme
otro tipo de actividades que me interesarán más,
para que yo te pueda demostrar
lo que sé.
Espero que puedas ayudarme y pueda aprender mucho,
para eso voy a la escuela,
si supiera y aprendiera todo a la primera no me haría falta;
como le pasa a la compañera de
delante que sabe todo y se aburre tanto.
Andereño, te quiero mucho,
espero que esta carta exprese todas las cosas que he
querido decirte y no he podido.
Un abrazo y un beso de ese torpe alumno tuyo.
Cuento anónimo adaptado a la ocasión